La Agencia de Información y Control Alimentarios abrió 57 expedientes y detectó irregularidades en 48 casos por ventas de aceite a pérdidas

La Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) ha puesto en marcha un mecanismo de control para detectar la venta a pérdidas de productos como el aceite de oliva, que las grandes cadenas de distribución usan como ‘gancho’ en sus ofertas para atraer clientes.

En este tipo de promociones a pérdidas se suele usar además también la leche. Asaja indica que el ‘ofertómetro’ funciona marcando un umbral, que en el caso del aceite es de 2,21 €/litro para el virgen y 2,61 para el virgen extra. Lo que quede por debajo de ese listón será considerado una práctica abusiva o ilícita que perjudica al agricultor.

Hay constancia de que de las primeras 57 ofertas investigadas se han presentado 48 denuncias, la mayoría por venta a pérdidas.

Los investigadores de AICA comienzan sus pesquisas a través de los folletos y anuncios que hacen las cadenas de distribución. Cuando hay ofertas por debajo de los umbrales establecidos, se visitan los supermercados, se toman muestras de aceite para confirmar que es de la calidad con la que se ha etiquetado y se comprueba que cumple todos los parámetros legales. La AICA solicita información adicional a la empresa.

Si se considera que hay venta a pérdidas se comunica a la comunidad autónoma, mientras que si se entiende que hay un abuso es la propia agencia la que abre expediente.

Además de la venta a pérdidas, solo se explican los bajos precios si el comprador ha conseguido una ganga por su buena capacidad de negociación, si el producto tiene la fecha de caducidad muy próxima, si se ha abusado del vendedor en la negociación o si el producto es de una calidad distinta a la que figura en la etiqueta.

La Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Secretaría General de Agricultura y Alimentación, que ha sido creado por la Ley 12/2013 de 2 de agosto, de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria.

La finalidad de AICA es el control del cumplimiento de lo dispuesto en dicha Ley, en lo que respecta a la regulación de las relaciones comerciales entre los operadores de la cadena alimentaria (agricultores y ganaderos, fabricantes de alimentación y bebidas y distribuidores del sector agroalimentario).

Además, AICA tiene encomendada la gestión de los sistemas de información y control de los mercados oleícolas, así como el control de los pagos a las organizaciones interprofesionales en los sectores lácteo y oleícola (aceite de oliva y aceituna de mesa).

Compartir en

Enviar un Comentario