España rechaza el “semáforo nutricional”, donde el aceite no es un producto recomendable

semáforo nutricionalNuestro país ha rechazado el “semáforo nutricional” que aplica Reino Unido para clasificar los alimentos por su contenido en grasa, azúcar o sal, ya que puede confundir al consumidor, según ha afirmado la ministra española en funciones de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina y ha publicado Oleo Revista en el siguiente artículo. El semáforo nutricional, que hasta el momento sólo ha sido adoptado por los británicos, determina si un alimento es más o menos saludable según su contenido en grasa, azúcar o sal, adjudicándole un color (rojo, verde o amarillo).

Así, según Tejerina, este semáforo “puede llevar a la paradoja de que el aceite de oliva, por ejemplo, que es aceite y por lo tanto el contenido de grasas es importante, tenga una etiqueta que no le corresponde, cuando están científicamente probadas sus bondades para la salud”.

En este sentido, Innoliva se une a la postura del Ministerio y asegura que la excesiva simplificación puede ser inexacta, ya que considera que productos como el aceite de oliva corren el riesgo de verse notablemente afectados al ser clasificados con un color que únicamente juzga sus componentes sin valorar sus verdaderas propiedades.

“El aceite de oliva tiene un alto contenido en grasa, lo que le daría automáticamente una etiqueta roja. Sin embargo, no se especifica que su principal ácido graso es el oleico, un ácido graso monoinsaturado, que posee múltiples beneficios para la salud. Por lo tanto, la clasificación sería, en este caso, totalmente errónea”, explica Miguel Rico, presidente de Innoliva.

El ácido oleico, presente en el aceite de oliva en un 70-75%, es famoso por sus efectos favorables sobre la salud cardiovascular y hepática. Está comprobado que aumenta el llamado colesterol bueno (HDL) y reduce el colesterol malo (LDL) en sangre, ejerciendo una acción beneficiosa sobre el sistema vascular y el corazón, y reduciendo así el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además, ayuda a controlar otros trastornos que aumentan el riesgo de obesidad o diabetes y juega un rol fundamental en el mantenimiento de un peso corporal saludable, ya que interviene en la regulación del metabolismo de lípidos.


 

 

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