Andalucía pondrá en marcha una nueva línea de ayudas destinadas a apoyar proyectos de cooperación dirigidos al desarrollo de cadenas cortas de distribución. Es decir, aquellas en las que no interviene más de un intermediario entre productor (primario o transformador) y consumidor. También se respalda, recoge Olimerca, la puesta en marcha de mercados locales. Se consideran como tal aquellos que comercializan productos cuyas explotaciones de origen están en un radio de 150 kilómetros o menos de las instalaciones donde se transforman o venden los alimentos. Estas ayudas apoyan, además, la organización de actividades de promoción comercial ligadas a estas iniciativas.
Entre los conceptos que se pueden subvencionar está la contratación de servicios para realizar estudios de la zona donde se desarrollarían las cadenas y mercados, así como de su viabilidad. También para la elaboración de un plan empresarial asociado a estas actuaciones. Del mismo modo, los incentivos se destinan a cubrir costes derivados del funcionamiento de las actividades de cooperación o de las de promoción en sí, entre otras cuestiones.
La ayuda
El plazo de solicitud permanecerá abierto hasta el 9 de diciembre y a ellas podrán optar agentes de la cadena (productores, industrias agroalimentarias y comercializadoras o distribuidoras) y entidades del sector agrario.
El presupuesto total de 2019 asciende a 2,2 millones de euros, y la cuantía máxima por ayuda llega al 80% de los costes subvencionables, sin superar los 50.000 euros por proyecto de cooperación y convocatoria.
El objetivo principal de esta medida, que por primera vez pone en marcha el Gobierno andaluz, es conseguir un mayor valor añadido y margen sobre el producto, aprovechando la oportunidad que suponen los canales cortos y mercados locales para reducir los intermediarios de la cadena. Además, estas iniciativas contribuyen también a potenciar la dimensión y concentración del sector al fomentar la cooperación de las entidades agrarias, reforzar la relación de los agentes agroalimentarios con el medio rural y generar nuevos nichos de empleo en estas zonas.
A estas posibilidades para el sector se suma el hecho de que las actividades promocionales permiten visualizar y transmitir a los ciudadanos los elementos diferenciales de las producciones agroalimentarias andaluzas, ya que facilitan la comunicación directa entre consumidores y productores.
