El “efecto contagio” de la Dieta Mediterránea en el entorno familiar

Un estudio publicado en la revista International Journal of Obesity y que recoge la Oleorevista ha demostrado que las personas que conviven con un paciente que sigue una intervención intensiva para perder peso, también se benefician de esta intervención. Dicha demostración ha sido llevada a cabo por un equipo de médicos del Hospital del Mar y de investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar) y del CIBEROBN, en colaboración con el IDIAPJGol, el Institut de Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), el IDIBELL, el IDIBAPS y el Hospital Universitari Sant Joan de Reus. Durante dos años, el equipo de médicos ha analizado datos de 148 familiares de pacientes incluidos en el programa de pérdida de peso y de hábitos de vida PREDIMED-Plus (PREVención DIeta MEDiterránea). Los investigadores han examinado si estas personas también obtenían un beneficio indirecto del programa, ya que no estaban incluidas y no recibían ninguna intervención directa. La intervención PREDIMED-Plus consiste en un estudio multicéntrico en el cual, un grupo de pacientes sigue una intervención intensiva de reducción de peso basada en la dieta Mediterránea y un programa de promoción de la actividad física.

Los familiares (tres de cada cuatro eran la pareja del paciente y el resto, hijos, padres, hermanos o tenían algún otro grado de parentesco), perdieron de media 1,25 kg de peso durante el primer año de la intervención, en comparación con los familiares de los pacientes del grupo de control (aquellos que no seguían la intervención intensiva propuesta por el programa PREDIMED-Plus). Cifra que ya rozaba los 4 kg en el segundo año. Estos datos eran mejores en los casos en los cuales el familiar comía con el paciente y, sobre todo, cuando era el paciente quien cocinaba.

La intervención, dirigida a conseguir una pérdida de peso mediante la adscripción a la dieta mediterránea en personas con obesidad y alto riesgo cardiovascular, “obtuvo efectos más allá de la pérdida de peso en el paciente, y se extendió a su entorno familiar”, explica Albert Goday, investigador principal del proyecto, jefe de sección del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar e investigador CIBEROBN. “Se produjo un efecto “contagio”, en este contexto, afortunadamente un “contagio” beneficioso, de pérdida de peso y mejora de los hábitos dietéticos”. El Dr. Goday apunta que “entre las múltiples intervenciones dietéticas posibles para perder peso, la que se basa en dieta mediterránea por concepto es más compartible y “contagiosa” en un entorno familiar”.

Los buenos resultados se explican, según Olga Castañer, última firmante del trabajo e investigadora del Grupo de investigación en Riesgo cardiovascular y nutrición del IMIM-Hospital del Mar y del CIBEROBN, «por una mejora de la dieta, ya que no se observa el mismo efecto contagio por lo que respecta a la actividad física entre los pacientes y sus familiares».

Los familiares también mostraron un incremento de la adherencia a la dieta Mediterránea, según un cuestionario que valora el seguimiento de los patrones dietéticos de esta dieta. Pero no pasaba lo mismo en relación con la actividad física. Como apunta la Dra. Castañer, «a la pérdida de peso, hay que añadir una mayor adherencia a la dieta Mediterránea, que tiene beneficios intrínsecos para la salud, como la protección contra riesgos cardiovasculares y neurodegenerativos».

Los resultados del estudio «demuestran el efecto contagio, el efecto halo, de una intervención en los familiares de los participantes en una intervención intensiva de pérdida de peso, así como el incremento de la adherencia a la dieta Mediterránea», destaca el Dr. Goday. «El efecto beneficioso de la intervención en uno de los miembros de la unidad familiar se puede extender al resto de miembros de esta unidad, hecho que es altamente relevante a la hora de reducir la carga de la obesidad sobre el sistema de salud pública», explica. Los familiares no solo perdieron peso, sino que también mejoraron la calidad de si dieta.

El estudio también ha analizado los resultados del programa PREDIMED-Plus en 117 pacientes. En comparación con los participantes del grupo de control, perdieron 5,10 kg en el primer año de intervención y 6,79 kg en el segundo. También incrementaron de forma significativa sus niveles de actividad física, así como su adherencia a la dieta Mediterránea.

 

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