Una cosecha de aceite como la de este año podría fijar unos 30 millones de toneladas de CO2 si se realiza un manejo adecuado del cultivo

El olivar ante el cambio climático en un curso de verano organizado por la UNIA, del 21 al 24 de agosto

 

El olivar es un fijador natural de CO2, lo cual hace del cultivo una importante arma para luchar contra el cambio climático. Se estima que en una campaña de aceite como la actual, y siempre que se realice un manejo adecuado del cultivo, los olivos que hay plantados actualmente en el mundo podrían fijar 30 millones de toneladas de CO2 y evitar que fuesen a la atmósfera. No en vano, y según los datos que manejan el COI (Consejo  Oleícola Internacional) y la AEMO (Asociación Española de Municipios del Olivo), por cada diez kilos de aceite producido con las prácticas adecuadas se fijan 10 kilos de CO2.

Al mismo tiempo en que el olivar combate el cambio climático se estudia cómo éste cambio climático puede tener en un futuro consecuencias negativas en el cultivo, que podrían derivar en una merma de producción.

De todo ello hablarán los más prestigiosos expertos en un curso de verano organizado por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en su sede Antonio Machado de Baeza, que tendrá lugar del 21 al 24 de agosto y cuyo plazo de inscripción está ya abierto.

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