Andalucía reclama una mayor flexibilización del PEPAC ante la nueva campaña
La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural ha solicitado en el Consejo Consultivo informativo de Política Agrícola para Asuntos Comunitarios que el Gobierno de España “publique, a la mayor brevedad posible, las medidas de flexibilización del Plan Estratégico de la Política Agraria Común (Pepac) de cara a la próxima campaña”, como ha explicado la consejera del ramo, Carmen Crespo. La consejera ha destacado, además, la petición de que la nueva Directiva sobre la Salud del Suelo suponga una armonización de las figuras normativas que ya existen al respecto, sin conllevar, en ningún caso, “nuevos costes de producción y nuevas obligaciones que supongan una mayor carga burocrática para nuestros agricultores”. En el caso de la petición de flexibilización del Pepac, la consejera Carmen Crespo ha incidido en que “los agricultores se encuentran ya planificando la nueva campaña y necesitan conocer con qué medidas pueden contar, siendo fundamental que se siga flexibilizando el Plan Estratégico de la PAC para paliar los efectos del recorte de la nueva PAC”. En concreto, Crespo ha solicitado “que se extienda la flexibilización que se adoptó con motivo de la guerra en Ucrania, al no haber cambiado la situación, manteniendo las excepciones en cuanto a diversificación de cultivos o barbecho”. Del mismo modo, la consejera ha solicitado una prórroga de las medidas de flexibilización por la sequía estructural que sufre Andalucía para el cumplimiento de los ecorregímenes.
La FAO apunta a un probable aumento del 1,0% en la producción mundial de cereales para 2023
Las perspectivas iniciales para la campaña 2023/24 apuntan a un probable aumento del 1,0 % en la producción mundial de cereales en 2023, con lo que esta alcanzará los 2 813 millones de toneladas. El primer pronóstico de la FAO sobre la utilización mundial de cereales en 2023/24 se sitúa ahora en 2 803 millones de toneladas, lo que supone un alza del 0,9 % respecto del nivel de 2022/23, debido principalmente a su mayor uso como piensos, sobre todo del maíz, seguido del aumento del consumo de alimentos, especialmente de trigo y arroz.
La cosecha de cereales de invierno sufrirá un drástico recorte y apenas superará los 5 millones de toneladas
La Sectorial de Cereales de ASAJA, reunida en Madrid, ha analizado los datos una vez comenzada la recolección, adelantada en muchas zonas como consecuencia de la sequía. Se estima que la cosecha de cereales de invierno de este año sufrirá una reducción del 65% es decir, 9,4 millones de toneladas menos respecto a los datos del pasado año. Las altas temperaturas y la ausencia de lluvias durante los meses de febrero a mayo han dado al traste con unas expectativas de cosecha que se consideraban normales al inicio de la campaña. Esto resulta especialmente preocupante para un país como el nuestro, deficitario en grano. Según los cálculos de ASAJA, la cosecha de cereales se verá reducida en un 65% respecto a 2022. Por cultivos, se espera una producción de 2,12 millones de toneladas en trigo blando; 216.000 toneladas en trigo duro; 2,41 millones de toneladas en cebada; 123.000 toneladas de avena; 31.000 toneladas de centeno y 103.000 toneladas de triticale. Los recortes en los rendimientos son generalizados en la práctica totalidad de la superficie cerealista nacional.
Recolección de cereales de invierno en Andalucía 2023
La sequía ha creado dificultades a los productores de cereal, tal y como nos recuerdan desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF). Las elevadas temperaturas de marzo y abril y la escasez de precipitaciones adelantaron la madurez del cultivo que, en muchos casos, no llegaron a granar bien y se tuvieron que recoger para forraje. Dado el adelanto fenológico de los cereales, la lluvia de estos días ha llegado demasiado tarde para este cultivo. Con el prácticamente 100% de la superficie recolectada, se estima pues, una importante merma de los rendimientos finales.
Optimismo de EE UU ante la próxima campaña de aceite
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos, USDA, ya ha hecho una primera estimación de la producción mundial de aceite de oliva para la próxima campaña 2023/24, para la que estima 3,20 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 24% en comparación con la cosecha históricamente baja de este año y la sitúa casi al mismo nivel que el promedio de cinco años de 3,14 millones de toneladas, según recoge Olimerca. Según el USDA, la producción en los países productores de la Unión Europea tendrá un repunte significativo y será, en gran parte, responsable del aumento de los rendimientos mundiales. En este sentido, estiman que la UE producirá 2,03 millones de toneladas en 2023/24, frente a los 1,50 millones de toneladas en 2022/23 y superando ligeramente el promedio de cinco años de 2 millones de toneladas.