¿Quién es quién en los flujos de carbono del olivar?
El proyecto europeo LIFE OLIVER (OLIve tree for Verified Emission Reduction generation), en el cual participa ASAJA Jaén, tiene como objetivo principal desarrollar y certificar una norma internacional que permita a los productores de aceitunas acceder al mercado de créditos de CO2. Coordinado por la Universidad de Perugia y financiado por el programa LIFE de la Unión Europea, LIFE OLIVER busca incentivar la adopción de prácticas agronómicas sostenibles que aumenten el secuestro de carbono en el suelo y reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector olivarero. Al implementar estas prácticas, las explotaciones olivareras podrán beneficiarse económicamente, al generar certificados de carbono comercializables en el actual mercado voluntario de créditos de CO2.
Aprobado el marco de certificación para las absorciones de carbono en la UE
El Consejo Europeo ha dado su visto bueno definitivo al Reglamento por el que se establece el primer marco de certificación a escala de la UE para las absorciones permanentes de carbono, la carbonocultura y el almacenamiento de carbono en productos, según recoge Olimerca. Este marco, de carácter voluntario, facilitará y fomentará las actividades de absorción de carbono y de reducción de emisiones del suelo de alta calidad en la UE, como complemento de las reducciones sostenidas de las emisiones. El Reglamento será el primer paso para introducir en la legislación de la UE un marco de certificación integral para las absorciones de carbono y la reducción de emisiones del suelo, y ayudará a la UE a alcanzar su objetivo de neutralidad climática de aquí a 2050.
Estudio Sistema de Comercio de Emisiones Agrícolas (AgETS)
Recientemente ha tenido lugar una reunión para presentar un estudio sobre el Sistema de Comercio de Emisiones Agrícolas (AgETS) donde han participado representantes de la DG CLIMA y la DG AGRI. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) con el fin de atajar el cambio climático es un imperativo de la sociedad en su conjunto, en la que el sector agropecuario cumple una función decisiva. Si bien la intensidad de las emisiones del sector agrario (emisiones de GEI por kilogramo de producto) ha disminuido notablemente en las últimas décadas, cabe recordar que el sector funciona dentro de un sistema abierto compuesto por suelos, plantas y animales; por lo tanto, la descarbonización del sector plantea retos únicos. La complejidad excepcional de este sector requiere un planteamiento diferente al de los demás sectores. Christian Holzleitner (DG CLIMA) ha defendido que los agricultores deben de tener la oportunidad para invertir de manera regulada y así poder obtener beneficios propios y para la sociedad. La transición en pos de prácticas agropecuarias hipocarbónicas necesitará tiempo e ingentes inversiones. Sin embargo, en algunos sectores tan solo se podrá lograr una reducción de las emisiones limitada. Las recientes manifestaciones de agricultores en toda la Unión Europea pusieron de manifiesto la frustración ante las numerosas dificultades añadidas y la pérdida de ingresos que sufre esta profesión. Es de vital importancia que la Comisión Europea tome en consideración el contexto actual y se abstenga de imponer restricciones insostenibles para los agricultores y ganaderos. Las principales cuestiones todavía sin resolver son quién financiará estos empeños y cómo lograr la descarbonización.
Hacia la producción sostenible en el sector oleícola
Investigadores de la Universidad de Jaén han dado un paso significativo hacia la producción sostenible en el sector oleícola con un estudio innovador que explora la integración de Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono (BECCS) en la industria del aceite de oliva. Este enfoque no solo podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también producir aceite de oliva virgen extra (AOVE) con una huella de carbono negativa. El estudio, titulado ‘Productos sin carbono para involucrar a la sociedad en la acción climática: el ciclo de vida del aceite de oliva’ (Carbon-negative products to engage society in climate action: The life cycle of olive oil) publicado en la prestigiosa revista científica Sustainable Production and Consumption, empleó la metodología de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) para evaluar el potencial de la producción de aceite de oliva con emisiones negativas. “El objetivo principal era determinar si las tecnologías BECCS basadas en los residuos de poda del olivar, una biomasa a menudo infrautilizada, pero con gran potencial, pueden alimentar la energía necesaria de los procesos de las almazaras, logrando así una reducción neta de las emisiones de CO2”, explica el investigador responsable del estudio, Ángel Galán-Martín, autor del mismo junto a María del Mar Contreras y Eulogio Castro, pertenecientes al Departamento de Ingeniería Química, Ambiental y de los Materiales de la Universidad de Jaén.
La deforestación amenaza la biodiversidad y el funcionamiento del suelo a escala mundial
Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Forestal de Nanjing (China) señala que la deforestación amenaza la biodiversidad y el funcionamiento del suelo a escala mundial, según recoge Dicyt. Los resultados, que se publican en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), son fruto del estudio de toda la información existente en la literatura para evaluar los impactos de la deforestación sobre las propiedades del suelo, la biodiversidad y las funciones asociadas con la prestación de múltiples servicios ecosistémicos. Los bosques nativos son fundamentales para proteger la biodiversidad de los ecosistemas terrestres y proporcionan un sinfín de servicios ecosistémicos, incluyendo la producción de madera. Sin embargo, han sufrido cambios drásticos en los últimos siglos debido al crecimiento de la población humana y a la aceleración de las tasas de deforestación en todo el mundo. Esto incluye la conversión de bosques nativos en pastizales para uso ganadero, tierras de cultivo y plantaciones para el suministro de alimentos y materias primas industriales. “Sabemos que la deforestación afecta a la biodiversidad de plantas y animales, pero entendemos mucho menos cómo los cambios en bosques nativos afectan a la biodiversidad y el funcionamiento del microbioma del suelo” indica Manuel Delgado-Baquerizo, investigador del CSIC que lidera el BioFunLab en el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS-CSIC) y es autor sénior del artículo.