La importancia del óxido de hierro en el suelo agrícola

Los óxidos de hierro son minerales que controlan aspectos geoquímicos y agronómicos claves de los suelos. Dependiendo del tipo de óxido de hierro que impere en un suelo podrá variar su color; los suelos en los que aparece el óxido de hierro hematites (a-Fe2O3) presentan tonos rojizos, mientras que en los que predomina la goethita (a-FeOOH) serán amarillos. La pigmentación indirectamente da cuenta del drenaje del suelo. Además, influyen en: la susceptibilidad a la erosión de los suelos; en la estabilización de la materia orgánica y, consecuentemente, en su capacidad de secuestro de carbono; el magnetismo a través de los óxidos magnéticos magnetita (Fe3O4) y maghemita (g-Fe2O3), los cuales son usados en estudios paleoclimáticos; la fijación de gases de nitrógeno y adsorción de fósforo, que son nutrientes críticos para las plantas. En este sentido, conocer los factores climáticos y geoquímicos que influyen en la formación de los distintos óxidos de hierro es una línea de investigación esencial para comprender mejor los suelos. La Unidad de Edafología de la Unidad de Excelencia María de Maeztu – Departamento de Agronomía (DAUCO) lleva años avanzando en esta línea. En su último trabajo, los catedráticos Vidal Barrón y José Torrent en colaboración con científicos de la Southwest University de China, han dado un paso más: han demostrado que la presencia de fosfato tiene un papel crucial en la formación de óxidos de hierro.

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