Riesgo de repilo en olivar

Las lluvias registradas en las últimas semanas, en general, no condicionan la viabilidad de las conidias de repilo (Fusicladium oleagineum) en el cultivo. Solamente es problemática su actividad en aquellas áreas olivareras como arroyos, vaguadas e incluso en zonas de umbría, donde es fácil encontrar la condensación de agua en la superficie foliar, según explican desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF). Por otra parte, las lluvias de estos días y la previsión del paso de varios frente nubosos, lo que va a incrementar el desarrollo y difusión de las conidias que se encuentren presentes en el cultivo. Por ello, hay que tomar las medidas preventivas de control de este agente.

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La RAIF alerta del riesgo de repilo en el olivar

Las condiciones meteorológicas que se dan actualmente en Andalucía resultan favorables para el desarrollo de repilo en el olivar, tal y como recuerda la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF), y recoge Olimerca. De este modo, para prevenir la enfermedad, la guía de Gestión Integrada de Plagas (GIP) recomienda llevar a cabo labores de poda para mejorar la aireación y facilitar un secado más rápido de las hojas mojadas. Recordamos que el repilo es una enfermedad producida por el hongo Spilocaea oleagina, y es la que más afecta los olivos, especialmente con climatología húmeda.

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Detección de repilo incubado en olivar: método de la sosa

Los síntomas típicos de Repilo (Spilocaea oleaginae) en el olivar pueden observarse en el haz de las hojas, como nos recuerdan desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF) de Andalucía. Son unas manchas circulares, marrón oscuro, que pueden presentar un cerco amarillento especialmente en primavera, y que se van oscureciendo con el tiempo. En otros casos son más bien plateadas, pero siempre circulares. Para que la infección tenga lugar, es necesaria la presencia de las conidias de este hongo en un ambiente con una humedad relativa elevada o agua libre sobre las hojas y que la misma permanezca por un periodo superior a 4 horas, acompañada de una temperatura que puede oscilar entre 8 y 28ºC para la germinación de las conidias, si bien el óptimo se estima en torno a 14-16º. Los periodos más sensibles para el desarrollo de esta enfermedad son la primavera y el otoño, cuando suelen coincidir las lluvias y elevada humedad con las temperaturas más suaves del año.

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La RAIF recomienda vigilar el desarrollo del repilo en el olivar

Ante las lluvias caídas la semana pasada en el campo andaluz y las que se están registrando durante esta, desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía, RAIF, recomiendan extremar la vigilancia sobre el desarrollo de repilo en el cultivo del olivar, según recoge Olimerca. Y es que la lluvia favorece la diseminación de la enfermedad y ayuda a nuevas infestaciones del hongo.

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Detección de repilo incubado en olivar: método de la sosa

La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF) nos recuerda que los síntomas típicos de Repilo en el olivar pueden observarse en el haz de las hojas. Son unas manchas circulares, marrón oscuro, que pueden presentar un cerco amarillento especialmente en primavera, y que se van oscureciendo con el tiempo. En otros casos son más bien plateadas, pero siempre circulares. Para que la infección tenga lugar, es necesaria la presencia de las conidias de este hongo en un ambiente con una humedad relativa elevada o agua libre sobre las hojas y que la misma permanezca por un periodo superior a 4 horas, acompañada de una temperatura que puede oscilar entre 8 y 18ºC para la germinación de las conidias, si bien el óptimo se estima en torno a 14-16ºC.

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