El proyecto dibuja un mapa de diversificación en el que se contemplan 8 países diferentes y, en el caso concreto del olivar, pone el punto de mira en el olivar jiennense. El terreno de experimentación sobre el que se validarán los beneficios de la introducción de cultivos en lo que era monocultivo se encuentra en Torredelcampo (Jaén), tiene un diseño tradicional con marcos de 12 x 12 metros repartidos por 3 hectáreas y está atravesado por grandes cárcavas que dejan al descubierto las raíces de unos olivos de porte firme de la variedad Picual. El manejo actual incluye un intenso laboreo, suelo desnudo, fertilizante mineral, pesticidas y herbicidas./p>