Cinco falsos mitos del aceite de oliva

Si hay un producto típico de nuestra tierra del que podemos y debemos sentirnos orgullosos, sin duda ese es el aceite de oliva. Uno de esos productos que echamos de menos con todas nuestras fuerzas cuando salimos de las fronteras de nuestro país. Ni mantequilla ni margarina, aquí somos muy de aceite de oliva del bueno, un producto en el que somos líderes mundiales de producción y del que cada día escuchamos diferentes mitos sobre sus propiedades, virtudes y defectos. Desde 20 Minutos desmontan cinco mitos falsos sobre este oro líquido en el artículo que reproducimos a continuación:

Sin duda el aceite de oliva es el aceite vegetal por excelencia. Si alguna vez te has puesto a dieta a lo largo de tu vida es probable que hayas tomado la decisión de eliminar el aceite de tu cocina para no engordar. A pesar de que el aceite no deja de ser una grasa, es una de las grasas más saludables que podemos ingerir, siempre que evitemos el exceso y comerlo con fritos.

Hay quien te habrá dicho también que tomar aceite es dañino para nuestra salud cardiovascular, aunque nada más lejos de la realidad. Además de ácido oleico, el aceite contiene ácidos grasos monoinsaturados.

Si alguna vez te han dicho que el aceite nunca caduca, que sepas que te han dicho una verdad a medias. No te va a provocar un problema de salud aunque sí se debe consumir cuanto más fresco mejor, siendo el tiempo límite dos años desde el envasado, ya que pasado este tiempo, comenzará a perder sus propiedades.

Si eres de los que para freír solo utiliza aceite de girasol porque el aceite de oliva no es bueno para freír, estás engañado. Quienes aseguran que el aceite de oliva no aguanta las altas temperaturas están equivocados, ya que su punto de humeo se encuentra alrededor de los 215 grados.

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