6+6 razones para comer carne de caza (II)

Es una de las carnes más saludables y sostenibles, de origen 100% natural, además de un arma contra el cambio climático, un motor económico clave en el desarrollo rural que fomenta la biodiversidad y la conservación de los espacios naturales, según explican desde Asiccaza. ¿Necesitas más argumentos para disfrutar de ella?

Ayer enumeramos las seis primeras razones para el consumo de carne de caza y hoy continuamos con otras seis, con las que concluye este reportaje

  1. Fomenta la biodiversidad y la conservación. El sector agroindustrial de la carne de caza silvestre se sustenta en un recurso natural que, gestionado de manera sostenible, es un instrumento fundamental para la conservación del medio ambiente y el fomento de la biodiversidad . Así lo reconocen, entre otros, la Unión Europea, el Consejo de Europa, la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza o BirdLife Internacional, que consideran que esta actividad puede convertirse en una herramienta fundamental para la conservación, la gestión y la protección de la naturaleza. Su producción contribuye a la conservación de los ecosistemas, impactando positivamente en la supervivencia de muchas especies tanto cazables como muchas otras que no lo son. El sector de la carne de caza silvestre genera un equilibrio poblacional de las especies cinegéticas que fomenta su conservación evitando la superpoblación y mejorando su estado sanitario. Además, el compromiso con la conservación de la fauna silvestre de los distintos agentes vinculados a la actividad cinegética es notable: según un estudio de la Fundación Artemisan, el 33% de los titulares de cotos de España participan activamente en programas de conservación de especies, como los de la recuperación del águila imperial o del lince ibérico.
  2. Garantía de bienestar animal. La carne de caza silvestre es un producto único, 100% natural por su proceso de producción en extensivo y con unas condiciones de bienestar animal inigualables, en total libertad, que fomenta el desarrollo rural de las zonas más desfavorecidas y favorece la biodiversidad animal. Así, los animales que se consumen han tenido la mejor calidad de vida, expresando formas innatas de comportamiento y alimentándose de manera natural de lo que ofrece el campo destacando las hierbas silvestres y frutos del bosque, como por ejemplo las bellotas.
  3. Factor de protección del Patrimonio Nacional. La carne de caza silvestre también juega un papel importante en la conservación y promoción del patrimonio natural. De hecho, algunos parques nacionales y la mayoría de los espacios protegidos de nuestro país fueron cotos de caza en sus orígenes y siguen estando formados estos mismos territorios en la actualidad. De este modo, el aprovechamiento sostenible de las especies cinegéticas consiguió generar lugares de alto valor ecológico. Desde entonces, el sector de la carne de caza silvestre se ha mantenido vinculado a la conservación del patrimonio natural. Un estudio de la Fundación Artemisan demuestra que el 36% de los titulares de cotos y el 46% de los profesionales que gestionan terrenos cinegéticos en España destinan un total de 233 millones de euros anuales en repoblaciones y otras inversiones de conservación medioambiental y otros 54 en el mantenimiento de accesos, realización de pantanos y cortafuegos, limpieza de las masas forestales y muchas otras mejoras del monte.
  4. Un arma contra el cambio climático. La carne de caza cumple las recomendaciones lanzadas por Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático por su carácter natural y sostenible. En concreto, el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas ha propuesto un cambio en la dieta humana en el que la carne que se consuma debe estar asociada a sistemas productivos “resilientes, sustentables y bajos en emisiones de gases de efecto invernadero”. Dentro de esta lucha por la sostenibilidad y contra el cambio climático muchas especies de caza son también esenciales en la batalla contra los incendios forestales, ya que buena parte de su dieta se basa en el combustible vegetal que aporta la propia naturaleza.
  5. Arte de nuestro acervo cultural. Comer carne de caza es una costumbre tan antigua como la propia Humanidad. A partir de ellas se han elaborado una innumerable colección de recetas que, por su sabor y equilibrio nutricional, siguen tan de actualidad como el primer día. Un recetario milenario formado con los productos de proximidad y enriquecido con los de fuera con todo lo necesario para seducir a los consumidores de hoy: origen, tradición y propiedades nutricionales. Una excelente tarjeta de presentación para todos aquellos interesados en conocer el ADN de nuestros fogones. Y es que el consumo de carne de caza silvestre forma parte del acervo cultural de la sociedad española y la actividad cinegética, necesaria para su existencia, es practicada en la actualidad por alrededor de 850.000 personas. Además, la cetrería ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, mientras que, en breve, la montería será declarada por la comunidad autónoma de Andalucía como Bien de Interés Cultural.
  6. Un producto muy versátil. Disponible en los mejores restaurantes de España, mercados, grandes superficies y tiendas especializadas, la carne de caza silvestre acepta múltiples preparaciones, desde las más sencillas a las más elaboradas. En la actualidad es uno de los productos más versátiles de los que podemos disfrutar en nuestra mesa. Sus múltiples variedades –de especies de caza mayor o menor, de pluma o pelo…-, y su alimentación natural y silvestre, que le proporciona un delicado y diverso sabor, dan lugar a un sinfín de deliciosas recetas. Así lo han sabido ver los restaurantes más reputados y exquisitos del país, que desde siempre han valorado y cocinado este preciado tesoro que la naturaleza nos ofrece.

 

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