Aceite de oliva y la dieta plant-forward

¿Y si nuestros alimentos más deliciosos también fueran saludables y sostenibles con el medio ambiente? El sueño es una realidad, y nuevos recursos del Instituto Culinario de América y el Consejo Oleícola Internacional nos muestran cómo podemos resolver nuestra crisis de salud pública y los problemas ambientales de forma deliciosa, en su guía titulada “International Olive Council & Culinary Institute of America: Olive Oil and the Plant-Forward Kitchen”. La publicación, recogida por la North American Olive Oil Association (NAOOA) y la OleoRevista, pone de relieve cómo el aceite de oliva se sitúa en el corazón de modelos de alimentación más saludables y sostenibles, y cómo este abordaje representa una oportunidad estratégica para productores, distribuidores y restauradores. 

El aceite de oliva como pilar de la dieta mediterránea y la alimentación plant-forward

El documento subraya que la dieta mediterránea  – frecuentemente reconocida como “mejor dieta global” – enfatiza el consumo de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos) y grasas de calidad, en especial el aceite de oliva. El término plant-forward no debe confundirse con exclusivamente vegetariano o vegano: implica un patrón alimentario que puede incluir carnes, pescados o huevos, pero con un claro protagonismo vegetal.

 

Beneficios para salud y medio ambiente

Desde el punto de vista sanitario, esta orientación alimentaria se asocia a una menor incidencia de enfermedades coronarias, diabetes u obesidad. Ambientalmente, el aceite de oliva aporta un papel diferenciado: los olivares requieren poca o ninguna irrigación en muchas zonas (en torno al 70 % de los olivares están completamente de secano) y contribuyen a frenar la desertificación y la erosión del suelo. Así, la adopción de una cocina plant-forward ofrece a la cadena agroalimentaria una narrativa de valor, apoyo medioambiental, origen, calidad,  que puede traducirse en ventaja competitiva.

 

Implicaciones para el sector oleícola, restauración y gran consumo

Para los productores de aceite de oliva, este posicionamiento abre múltiples vías:

  • Integrar el aceite de oliva en propuestas gastronómicas orientadas a restauración, foodservice y alimentación de conveniencia.
  • Destacar el origen, la variedad y los métodos de cultivo como elementos de diferenciación ante un consumidor cada vez más informado y sensible a la sostenibilidad.
  • Colaborar con chefs, cocinas profesionales y la industria acomplejada de formulación de alimentos “plant-forward” para generar nuevas ocasiones de uso del AOVE.

Para el canal Horeca y distribución, la guía mencionada facilita la incorporación del aceite de oliva como ingrediente clave en menús y productos alimentarios que reivindican salud, sabor y sostenibilidad.

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