Beneficios cardíacos de la carne magra integrada en la dieta mediterránea

La carne roja está demonizada y diferentes estudios la vinculan con un mayor riesgo de padecer cáncer, problemas cardiovasculares y muerte prematura. Sin embargo, nuevos estudios revisan estas consideraciones. Una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad de Pensilvania concluye que la carne magra puede tener un lugar en las dietas saludables. “El estudio destaca la importancia de incluir carne de res magra en un patrón dietético mediterráneo que puede producir beneficios saludables para el corazón”, resume David J. Baer, ​​líder de investigación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y coautor del trabajo. La investigación, publicada recientemente en el American Journal of Clinical Nutrition, subraya la importancia de consumir dietas saludables y bien equilibradas. Una dieta mediterránea combinada con pequeñas porciones de carne de res magra ayuda a reducir los factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardíacas, como el colesterol LDL. “Hay nutrientes importantes en la carne de res de los que podemos beneficiarnos al comer cortes magros, como el lomo o el redondo, o el 93% de carne molida magra”, explica Jennifer Fleming, profesora asistente de nutrición en Penn State. Según detalla, una dieta saludable basada en frutas, verduras y otros alimentos de origen vegetal, deja espacio para cantidades moderadas de otros alimentos. La carne roja se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en estudios anteriores pero no ha quedado claro si realmente causa estos efectos o si en realidad son causados ​​por otras elecciones de dieta y estilo de vida que las personas realizan junto con el consumo de carne roja, sostienen los autores del informe.

Además, las investigaciones suelen combinar indistintamente carnes frescas y procesadas cuando el perfil nutricional en ambos casos es muy diferente. El estudio incluyó a 59 participantes. Cada uno consumió cada dieta durante cuatro semanas, con un descanso de una semana entre cada período de dieta, y se extrajeron muestras de sangre al comienzo del estudio, así como después de cada período.

Los tres períodos de la dieta mediterránea incluyeron aceite de oliva como fuente de grasa predominante, de tres a seis porciones de frutas y seis o más porciones de verduras al día. La carne de res incluida en estos períodos de dieta era magra o extra magra. Los investigadores encontraron que todos los participantes tenían un colesterol LDL más bajo después de los períodos de la dieta mediterránea en comparación con la dieta estadounidense promedio.

Aunque la cantidad total de partículas de LDL se redujo después de los tres períodos de la dieta mediterránea, solo disminuyó significativamente cuando se siguieron los períodos que incluían 0.5 o 2.5 onzas de carne de res al día en comparación con la dieta estadounidense promedio.

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