Como todos los ácidos grasos libres, el ácido oleico tiene como función principal ser una molécula energética y un elemento de las membranas celulares. Uno de sus efectos más característicos es su capacidad antioxidante, ya que puede regular directamente tanto la síntesis como la actividad de las enzimas antioxidantes. Otra propiedad beneficiosa es su efecto hipocolesterolémico: disminuye la expresión de proteínas relacionadas con el transporte de colesterol, reduciendo la absorción de colesterol, previniendo así la aterosclerosis.
El ácido oleico también se reconoce como una molécula anticancerígena debido a los efectos de inhibición de dicho nutracéutico sobre la sobreexpresión de oncogenes y sus efectos sobre la muerte celular programada. Además, el ácido oleico generalmente se considera una molécula antiinflamatoria, aunque esta cualidad es aún objeto de debate en la comunidad científica, según la Universidad de Sevilla.
Por otra parte, la oleoiletanolamida, un derivado del ácido oleico, presenta por sí solo efectos antiinflamatorios y antioxidantes, y actualmente se ha propuesto como un potente agente terapéutico para el tratamiento de la obesidad. Según los investigadores, esto refuerza las características beneficiosas que presenta el ácido oleico para la salud.
Las nuevas investigaciones sugieren que puede influir en los mecanismos epigenéticos (modificaciones directas del ADN y de las proteínas asociadas al mismo) y en la modulación del sistema inmunitario, concretamente regulando aquellas células implicadas en un desarrollo de la inflamación.
Por último, los autores de este estudio han abogado por desarrollar más investigación para confirmar las importantes propiedades demostradas por esta molécula y su derivado, la oleoiletanolamida, en humanos.