Ingesta de aceite de oliva y prevención de enfermedades cardiovasculares

El aceite de oliva contiene grasas monoinsaturadas, varios fenoles antioxidantes y otros micronutrientes que median los efectos protectores cardiovasculares a través de mejoras en el estrés oxidativo, disfunción endotelial, inflamación, trombosis, presión arterial y metabolismo de lípidos y carbohidratos. Recientemente en el Current Cardiology Reports, se ha publicado una revisión que recoge la Oleorevista, donde se actualizan los datos clínicos sobre las correlaciones entre el consumo de aceite de oliva y las enfermedades (es decir, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular y arteriopatía periférica). El artículo «Olive Oil Intake and Cardiovascular Disease Prevention: «Seek and You Shall Find», ha sido elaborado por los investigadores Niki Katsiki de la División de Endocrinología y Metabolismo, Hospital Universitario Ahepa, Pablo Pérez-Martínez y José López-Miranda, de la Unidad de Lípidos y Aterosclerosis, Imibic del Hospital Universitario Reina Sofía de la Universidad de Córdoba y del Ciber Fisiopatologia Obesidad y Nutricion (Ciberobn), Instituto de Salud Carlos III, Madrid.

En esta revisión se incluye las referencias a las diferentes investigaciones donde se sugiere como un alto consumo de aceite de oliva, y en particular del virgen extra, que es rico en antioxidantes fenólicos, puede prevenir la enfermedad coronaria (CHD). La cardioprotección inducida por el aceite de oliva, además se vio respaldada por los hallazgos de un análisis muy reciente de 2 grandes estudios de cohortes prospectivos de EE. UU. que muestran que una mayor ingesta de aceite de oliva se relacionó con un menor riesgo de morbilidad y mortalidad CV después de 24 años de seguimiento y ese reemplazo de grasa láctea, margarina, mantequilla, o mayonesa con la cantidad equivalente de aceite de oliva redujo significativamente el riesgo CV.

Por tanto, existe evidencia de asociaciones entre el consumo de aceite de oliva y un menor riesgo de enfermedades CV. Dicho equipo de investigadores proponen la necesidad de que tanto los responsables de la formulación de políticas sanitarias como los médicos deben conocer estas asociaciones y, por lo tanto, promover la ingesta de aceite de oliva en entornos de prevención primaria y secundaria para minimizar el riesgo CV del individuo.

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