La Dieta Mediterránez: un estilo de vida con efectos positivos para la salud

Solo el 25% de los madrileños encuestados considera su adhesión a la Dieta Mediterránea como muy buena y el 68% afirma que realiza actividad física diaria. Sin embargo, un 52% y un 45% de los encuestados afirma que desayuna o cena de pie o viendo la televisión o consultando el móvil o el ordenador. Estos son algunos de los datos de la encuesta elaborada por la FESNAD- Actitud y Adherencia a la dieta y estilo de vida mediterráneos- llevada a cabo durante los meses de abril y mayo de 2021, que recoge enpozuelo.es.

La Dieta Mediterránea es considerada una de las más saludables y sostenibles del mundo, una dieta en la que priman los productos frescos y de temporada como las frutas y hortalizas, (2021 declarado Año Internacional de las Frutas y Verduras por parte de la FAO), los cereales, las legumbres, la leche y los lácteos o los huevos y en el que además se asocia la actividad física y la socialización como estilo de vida.

El verano es un momento perfecto para comenzar o afianzar estos hábitos tan beneficiosos para la salud: encontramos una gran variedad de frutas y verduras, abunda el pescado y marisco en las zonas de playa y tenemos más tiempo para practicar ejercicio al aire libre, así como disfrutar con familia y amigos.

La irrupción de la COVID-19 hizo que muchos de esos hábitos se modificaran y, por este motivo, la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), ha llevado a cabo durante los meses de abril y mayo de 2021 una encuesta- Actitud y Adherencia a la dieta y estilo de vida mediterráneos – a cerca de 1.500 personas para conocer si los españoles habían cambiado sus costumbres con relación a su alimentación y estilo de vida con motivo de la pandemia.

Según los resultados, el 25% de los madrileños encuestados considera su adhesión a la Dieta Mediterránea como muy buena. El 38% indica que ha modificado sus hábitos, y tan solo el 28% de éstos asegura que ahora sus hábitos son más próximos a la Dieta Mediterránea. También cabe destacar que el 34% de los madrileños encuestados afirma haber incrementado su peso desde que comenzó la pandemia.

Parar a comer y hacerlo de una manera tranquila y relajada, cuidando los aspectos sociales, también es importante en la Dieta Mediterránea. Sin embargo, un 52% de los encuestados afirma que desayuna de pie o viendo la televisión o consultando el móvil o el ordenador, hecho que hace que no se le preste la atención adecuada a esta comida. Cuando hablamos del almuerzo o la cena los números bajan ligeramente, ya que todavía hay un 37% y 45% respectivamente que lo hace de pie o viendo alguna pantalla.

En cuanto a las habilidades culinarias, el 16% de los encuestados afirma haber aprendido a cocinar durante la pandemia y el 20% asegura que se defiende mejor.

Y cuando hablamos de adhesión a la Dieta Mediterránea, la encuesta arroja un aumento de consumo de frutos secos, aceitunas, hortalizas y verduras después de la pandemia. También se observa una mayor ingesta de agua, elección de productos integrales o de granos enteros o la limitación de azúcar en las bebidas. Y en lo que respecta al ejercicio diario, el 68% de los madrileños encuestados afirma que realizan actividad física diaria, aunque tan solo el 24% practica más de dos horas a la semana de deportes de equipo.

El presidente de la FESNAD y Catedrático de Nutrición y Bromatología, Facultad de Farmacia, Universidad CEU-San Pablo, el Prof. Gregorio Varela-Moreiras comenta: “La FESNAD, consciente de que los hábitos de vida de la población española parecen haberse modificado por la pandemia, quiso realizar esta encuesta con el fin de conocer cómo han cambiado nuestras costumbres y en qué puntos debemos poner el foco para que cada vez sean más próximas a la Dieta Mediterránea”. Al mismo tiempo, considera que “resulta urgente e imprescindible una Estrategia de Dieta Mediterránea a nivel de país”.

 

La Dieta Mediterránea, un modelo a seguir

La profesora Rosaura Leis, vicepresidenta de la FESNAD, Profesora Titular de Pediatría de la Universidad de Santiago de Compostela y Coordinadora de la Unidad de Nutrición Pediátrica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela comenta: “La DIETA MEDITERRÁNEA es un estilo de vida, con efectos positivos para la salud a lo largo de todo el ciclo vital. La adherencia a ella en la mujer gestante, durante la lactancia y a lo largo de la niñez y adolescencia va a condicionar un menor riesgo de enfermedad a corto, medio y largo plazo, incrementando la calidad y esperanza de vida en la edad adulta. Y no sólo es un concepto, sino una realidad cultural, social, territorial y medioambiental que hemos heredado a través de las generaciones y que tenemos la obligación de transmitir.

La Dieta Mediterránea está reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, definido como “un conjunto de competencias, conocimientos, prácticas y tradiciones relacionadas con la alimentación humana, que van desde la tierra a la mesa, abarcando los cultivos, las cosechas y la pesca, así como la conservación, transformación y preparación de los alimentos y, en particular el consumo de estos”.

Para recordar a la sociedad la importancia de la Dieta Mediterránea la FESNAD los ha resumido en diez puntos:

  • Utilizar el aceite de oliva preferiblemente “virgen extra” como principal grasa de adición.
  • Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos secos. También especias y hierbas aromáticas.
  • El pan y los alimentos procedentes de cereales, pasta y arroz (especialmente sus productos integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria.
  • Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados y garantía de una mayor sostenibilidad.
  • Consumir diariamente productos lácteos: principalmente leche y derivados como el yogur y queso.
  • Elegir carnes magras (pavo, pollo, etc.), y la carne roja y las procesadas hamburguesas, embutidos…), se tendrían que consumir con moderación.
  • Consumo frecuente de pescados y/o mariscos y huevos.
  • La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces, pasteles y helados, deberían consumirse ocasionalmente.
  • El agua es la bebida por excelencia en el Mediterráneo.
  • El estilo de vida mediterráneo es tan importante como comer adecuadamente.
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