Unos años antes de que «oficialmente» una mujer entre en la menopausia (doce meses seguidos sin menstruar), la mayoría empieza a experimentar ciertas alteraciones que avisan de que algo está cambiando. «Unos cinco años antes de dejar de tener la regla, muchas mujeres ven cómo sus ciclos menstruales ya no son regulares; si solían durar 28 días, pueden pasar a ser de 29, 32, 35; o al revés, puede que sean más cortos, y pasar a ser de 25 y 24 días. También es habitual tener cambios en el flujo menstrual, puede que se altere el color, pasando a ser menos brillante, o si antes no tenía coágulos, estos empiezan a aparecer, o que es más abundante o quizá menos… También aumenta la sequedad, tanto en la piel como en la boca, los ojos, en las mucosas de la vagina…», describe Marta León, ingeniera química especializada en alimentación y salud femenina, además de autora de varios libros que tratan este asunto; entre ellos, La revolución invisible (2022), en el artículo de El Confidencial.
La alimentación juega un papel fundamental en este sentido, y dentro de ella el aceite de oliva
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