Las aceitunas ya se consumían hace 6.600 años

Según un estudio de la Universidad de Haifa recogido por Israel Noticias, los arqueólogos israelíes han encontrado pruebas de la primera producción conocida de aceitunas para el consumo  que se remonta a hace 6.600 años. El estudio se ha publicado recientemente en la revista Scientific Reports. Se encontraron miles de huesos de aceituna frente a la costa sur de Haifa, incrustados en estructuras neolíticas de piedra y arcilla en una zona que ahora está sumergida, pero que se cree que en el pasado formaba parte de la costa norte. Los pozos fueron datados en torno al 4.600 AEC., unos 4.000 años antes del primer uso conocido de las aceitunas como alimento.

“Cuando encontramos los pozos pudimos ver inmediatamente que eran diferentes a los utilizados para producir aceite”, dijo la arqueóloga de la Universidad de Tel Aviv Dafna Langot. “En los residuos de la producción de aceite de oliva los huesos están en su mayoría triturados, mientras que aquí los huesos estaban en su mayoría enteros”.

Los investigadores afirmaron que la ubicación del antiguo yacimiento cerca del mar también indicaba que probablemente se utilizaba para poner en salmuera las aceitunas utilizando agua de mar, ya que cualquier otro propósito de almacenamiento en la zona de playa de alta humedad no tendría mucho sentido.

“La ausencia de partículas de olivo en las estructuras, como suele ocurrir con los residuos de aceitunas, refuerza la idea de que las aceitunas fueron lavadas repetidamente, como es habitual en el proceso de salmuera incluso hoy en día”, afirmó Mina Weinstein-Evron, de la Universidad de Haifa.

Ehud Galili, arqueólogo marino que dirigió el estudio, dijo que el hallazgo permite a los investigadores rastrear los usos del olivo, desde “la utilización de su madera para calefacción, pasando por la producción de aceite hace 7.000 años, hasta nuestro hallazgo, en el que la aceituna se utilizaba como alimento”.

Tras señalar que en la zona se encontraron cuencas y pozos, pero no casas, Galili especuló con la posibilidad de que el lugar fuera una “zona industrial” de aceitunas.

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