Mitos sobre la carne de vacuno

Existen varios mitos en torno a la carne de vacuno. De hecho, es probable que hayas escuchado hablas de más de uno, ya que en muchas ocasiones se ha asociado a su consumo. Desde Asaja Nacional han recogido en su revista los 5 más comunes para desmentirlos, que reproducimos a continuación:

La carne de vacuno engorda

Suele decirse que la carne de vacuno tiene mucha grasa, aunque no es del todo cierto, ya que dependiendo del corte podremos elegir una pieza con más o menos grasa. Por ejemplo, cortes como el solomillo, la aleta o la contra, tienen un porcentaje inferior al 4% de grasa. De hecho, la carne de vacuno puede ser una aliada a la hora de mantener o perder peso. El consumo de esta carne te ayuda a acelerar el metabolismo hasta 100 calorías al día y gracias a los macronutrientes que contiene, como la proteína biodisponible, te causa sensación de saciedad, ayudándote a no picar entre horas. Si lo que deseas es ingerir un número menor de calorías en tu pieza de carne, te recomendamos cocinarlo de diferentes maneras que aporten menos grasa, como a la plancha, en un tradicional guiso o al horno. También puedes eliminar la grasa de cobertura que tiene la carne, seguirá estando buenísima y aportándote los nutrientes que necesitas.

 

“La carne es prescindible” en una dieta equilibrada

La carne de vacuno es un alimento proteico, fundamental en una dieta equilibrada. Si eliminamos su consumo, aumentamos el riesgo de sufrir carencias nutricionales, la carne de vacuno es insustituible por los nutrientes esenciales que aporta: es fuente de vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, el potasio, el fósforo y el zinc. La vitamina B12, fundamental para el desarrollo del sistema nervioso y la generación de glóbulos rojos, solo se puede conseguir a través del consumo de proteína animal. Cabe destacar, que se trata de un alimento muy apreciado en la dieta mediterránea, y que es una de las primeras carnes que se introducen en la alimentación por ser tierna y magra. De hecho, se recomienda consumir carne roja o blanca unas 3 o 4 veces por semana, ayuda al buen crecimiento y desarrollo, así como a la salud de la piel o el cabello.

 

“La carne de vacuno es cara”

Esto no es del todo cierto. La carne de vacuno procede de un animal grande del que se aprovecha todo y aunque hay cortes que tienen un precio más elevado, la mayoría de los cortes son accesibles a todos los bolsillos, y, además, ¡están deliciosos!

 

“Al vacuno español se le suministran antibióticos para su crecimiento y aumento de peso”

A pesar de ser un mito muy extendido es completamente falso, ya que la Unión Europea tiene terminantemente prohibido el uso de antibióticos promotores de crecimiento para el aumento de peso desde 2006. Y vamos a desmentir dos mitos por uno. También se asocia a la ganadería vacuna la utilización de hormonas de tipo estrógeno para el crecimiento de los animales, pero de nuevo, en la Unión Europea ésta práctica está prohibida, incluso se refleja en el Código Penal español, cosa que en otros países del mundo no sucede.

 

“Es perjudicial para el medio ambiente”

El sector de la carne de vacuno está basado en un modelo de producción sostenible, que cumple con los exigentes requisitos del modelo europeo de producción. Este modelo tiene como pilares la sostenibilidad y respeto al medio ambiente para proteger la biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como la sanidad animal, la seguridad alimentaria y bienestar animal. Desde 2015, España participa en el proyecto Life Beef Carbon que tiene como objetivo reducir en un 15% la huella de carbono de la carne de vacuno en los próximos 10 años, mejorando el impacto medioambiental, así como la parte social y económica de la ganadería de vacuno.

Fuente: Revista de ASAJA

 

 

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