Pasos para seguir la dieta mediterránea correctamente

Es considerada una de las formas de alimentación más saludables del mundo… siempre que se siga correctamente. Hablamos de la dieta mediterránea, una dieta en la que predomina el consumo de frutas y verduras, alimentos como el aceite de oliva y la carne blanca, mientras se evita el consumo de dulces y alimentos procesados. Aunque sus bases son bastante claras, no siempre es fácil seguir esta dieta correctamente y de forma constante… ¿Quieres cambiar eso de una vez por todas? Desde la Revista Mía nos muestran los pasos a seguir para empezar a comer de manera mediterránea (pero de verdad) de una vez por todas. ¡Toma nota!

Pon el sabor primero: Una de las mejores cosas de la dieta mediterránea es que en realidad no es una “dieta” en absoluto. El sabor está en el frente y en el centro de cada comida mediterránea, y los platos están impregnados de una rica herencia culinaria y cultural. Para darle a los alimentos comunes un toque mediterráneo, acláralos con un chorrito de jugo de limón o naranja fresco, agrega un chorrito de aceite de oliva virgen extra o condiméntelos con un generoso puñado de hierbas frescas. Estos ingredientes no solo agregan acidez, riqueza y aromas atractivos, sino que también son una forma saludable de sazonar los platos sin depender demasiado del salero.

Aceite de oliva, siempre: El aceite de oliva es la grasa preferida de la dieta mediterránea. Es una fuente de grasas monoinsaturadas y polifenoles saludables para el corazón, que puede ayudarte a a absorber mejor las vitaminas liposolubles (vitaminas A, D, E y K) en los alimentos, que puede reducir la respuesta glucémica de una comida y que puede contribuir a la saciedad, por lo que no volverás a tener hambre de inmediato después de tomarlo. Para obtener los mejores beneficios para la salud con el aceite de oliva, también es importante almacenarlo adecuadamente, sin exponerlo a la luz, el calor y el oxígeno, y usarlo antes de la fecha de caducidad indicada en la botella.

Más pescado: Una manera fácil de adoptar la dieta mediterránea es comer comidas a base de mariscos y pescados varias veces a la semana, que son una fuente excelente de proteínas. No todos los pescados son iguales en cuanto a sabor y textura. Los camarones a la parrilla y el pulpo a la parrilla tienen una textura carnosa agradable, mientras que el salmón puede ser mantecoso… Para una opción asequible y fácil entre semana, busca atún, sardinas, caballa o pescado azul enlatado.

Más legumbres y semillas: Hay multitud de platos mediterráneos de origen vegetal que aportan proteínas, como las legumbres. Además, las nueces la linaza ofrecen fuentes vegetales de ácidos grasos omega-3.

Productos lácteos fermentados: En la dieta mediterránea tradicional, la leche se echaba a perder rápidamente, por lo que a menudo se disfrutaba en pequeñas cantidades en su forma fermentada, como yogur o queso artesanal. Aunque los lácteos son importantes en una dieta mediterránea, la atención se centra en la calidad sobre la cantidad.

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