Un suplemento del AOVE trata patologías oculares

El Instituto Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (Intaex) y la Universidad de Extremadura han fijado sus ojos en el olivar para desarrollar un nutracéutico a partir de un alimento como es el aceite de oliva virgen extra, considerado ‘per se’ un alimento funcional, según recoge El Confidencial. Se define como nutracéutico “cualquier alimento o ingrediente de los alimentos que ejerce una acción benéfica en la salud del hombre”. Para crear un componente con características funcionales, el INTAEX ha elaborado un proyecto para el desarrollo de un nutracéutico a base de aceite de oliva virgen extra (AOVE) enriquecido con compuestos bioactivos de la espinaca, como son la luteína y la zeaxantina, que podría prevenir patologías oculares como la degeneración macular. Este proyecto forma parte de una tesis doctoral, presentada recientemente por la investigadora María Benito del Valle, de la Universidad de Extremadura (UEX).

El trabajo, titulado ‘Desarrollo de un nutracéutico de aceite de oliva virgen extra enriquecido en luteína y zeaxantina, validación in vitro o in vivo de sus propiedades bioactivas’, ha sido experimentado en las instalaciones de este instituto tecnológico y fue realizado bajo la dirección de Jonathan Delgado Adámez, responsable de los laboratorios de apoyo a la investigación; Daniel Martín Vertedor, perteneciente al área de Vegetales; y María Victoria Gil Álvarez, profesora titular del Departamento de Química Orgánica e Inorgánica, de la Universidad de Extremadura.

Para el desarrollo de este producto se han optimizado las variables de temperatura y tiempo de extracción de luteína-zeaxantina en el AOVE, así como el proceso y las proporciones espinaca/aceite con las que se extrae mayor cantidad de estos compuestos. Asimismo, se ha estimado la vida útil del aceite, evaluando el color, la estabilidad oxidativa y el análisis sensorial. Además, se ha determinado la funcionalidad mediante modelos in vitro del aceite enriquecido en las xantofilas, evaluando para ello la actividad antioxidante del mismo.

También se ha evaluado la biodisponibilidad de los compuestos activos del aceite enriquecido, mediante un modelo de digestión in vitro, en relación con un fármaco empleado terapéuticamente. Finalmente, se ha verificado el potencial del aceite enriquecido en xantofilas como nutracéutico mediante marcadores, actividad antioxidante total en orina y concentración de luteína y zeaxantina en suero sanguíneo.

María Victoria Gil Álvarez explica que “la luteína y la zeaxantina son los carotenoides mayoritarios presentes en la retina y cristalino, y referidos como pigmentos maculares, pueden prevenir el daño oxidativo inducido por la luz en la retina y por tanto proteger frente al deterioro asociado a la edad. Así, estamos hablando de un nutracéutico con carácter preventivo frente a procesos de degeneración macular”.

El valor de los residuos

El motivo por el que se escogió la espinaca y no otro alimento se debe, según Gil Álvarez, “a su alto contenido en estas biomoléculas (luteína y zeaxantina)”. “Asimismo reutilizábamos un subproducto de la industria agroalimentaria extremeña dedicada a la obtención de derivados de espinaca fresca, aumentando el aprovechamiento de estos subproductos, con la consiguiente revalorización de residuos agroalimentarios”, agrega una de las personas participantes en este proyecto.

Gil Álvarez confirma que, en principio, “se podría haber utilizado otra fuente rica en estos compuestos, aunque habría que estudiar el tipo de extracción necesaria; por ejemplo, probamos a extraer estos carotenoides del maíz, pero necesitábamos enzimas específicas para romper la estructura del mismo, y este requerimiento encarecía mucho el proceso global”.

Los estudios realizados en esta tesis doctoral han proporcionado los indicios necesarios para el potencial uso terapéutico de este nutracéutico en la prevención de la degeneración macular ya que, basándonos en bibliografía reciente, se demuestra que el contenido de luteína y zeaxantina se concentra en la mácula. Por ello, puede ser susceptible de prescripción en sustitución de los suplementos o fármacos sintéticos ricos en estos carotenoides que se prescriben en la actualidad con objeto de paliar estas patologías oculares.

La profesora titular del Departamento de Química Orgánica e Inorgánica de la Universidad de Extremadura asegura que “la luteína y la zeaxantina están directamente relacionadas con la sensibilidad visual en sujetos mayores de 64 años, observándose una disminución simultánea de ambos compuestos en sujetos a partir de esta edad. Por ello, este nutracéutico iría dirigido a la población comprendida entre 35-55 años, edad sensible y en la que aún se puede intervenir para prevenir la degeneración de la mácula”.

Viabilidad de mercado

Este alimento funcional se puede consumir a cualquier edad ya que, como afirma una de las participantes en el desarrollo de este nutracéutico, “estos compuestos no son tóxicos y, además, actúan de manera acumulativa en nuestro organismo; es decir, que una vez se alcance la concentración máxima, aunque estemos consumiendo más cantidad serán desechados y excretados”.

¿Qué viabilidad tiene actualmente este nutracéutico de ser desarrollado y comercializado para el público? En opinión de María Victoria Gil Álvarez, “este nutracéutico presenta una alta viabilidad, debido a que en el mercado ya se encuentran productos similares que cuentan con una buena aceptación por parte del consumidor. En este sentido, en nuestro trabajo se realizaron catas de preferencia, donde los consumidores eran informados de los beneficios para la salud que podría aportar el consumo habitual de este nutracéutico. La mayoría de los encuestados se decantaron por la opción de compra del aceite enriquecido en luteína y zeaxantina, a pesar del posible sobrecoste del mismo”

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