ASAJA-JAÉN INICIA UNA CAMPAÑA INFORMATIVA PARA ANIMAR A LOS CONSUMIDORES A QUE DENUNCIEN Y RECLAMEN SI SE ENCUENTRAN UNA ACEITERA RELLENA EN UN BAR O RESTAURANTE

ASAJA

cartel Asaja AceiterasJaén, 12 de Agosto de 2016. ASAJA-Jaén inicia una campaña informativa para animar a los consumidores a “cazar” a todos aquellos bares, hoteles y restaurantes que incumplan con la ley y sigan ofreciendo al consumidor aceiteras rellenas de aceite de oliva o botella irrellenables manipuladas. La organización anima a todo aquel que se la encuentre a pedir el libro de reclamaciones y a cursar reclamación en la oficina del consumidor. Insiste en que las aceiteras irrellenables son obligatorias en los establecimientos del canal HORECA y que incumplir con la normativa es, además de una ilegalidad, una amenaza para la imagen y calidad de nuestro oro líquido.

Más de dos años después de que se prohibiera el uso de aceiteras rellenables en bares, restaurantes y hoteles (y en todos los establecimientos del canal Horeca en general) nos encontramos con el hecho de que los turistas que visitan nuestro país y los propios autóctonos, en ciertas ocasiones deben de desayunar sus tostadas o aliñar sus ensaladas con aceite procedente de aceiteras rellenables o con botellas inicialmente irrellenables pero que son reutilizadas (circunstancia que es fácilmente apreciable) ya que son manipuladas para su relleno, sin garantía del producto que contienen. Algo muy doloroso en zonas productoras como en Jaén, Córdoba, Málaga, Ciudad Real, Cáceres o Madrid. ASAJA-Jaén recuerda que todo establecimiento de hostelería que no tenga a disposición del consumidor aceiteras irrellenables está incumpliendo el Real Decreto 895/2013 y que esto es un hecho tanto denunciable como sancionable.
Cabe preguntarse si estos casos son excepcionales o es que nosotros, como sector, magnificamos la circunstancia por nuestra especial sensibilidad con este asunto. La verdad es que no podemos responder a esa pregunta. El control de este tipo de locales y de la persecución de estas irregularidades, está en manos de las autoridades de consumo de las Comunidades Autónomas. No existe un registro de infracciones, ni del lugar donde se producen. Es más, ni siquiera nos consta que se haya integrado en los planes de control la inspección sobre el cumplimiento de esta norma.
Sean muchas o pocas, las leyes están para cumplirse. Mientras haya un solo bar o restaurante en el que el producto se presente al consumidor sin la debida identificación y en envases ilegales, no estaremos realmente satisfechos con el grado de cumplimento de la norma. Poco más podemos hacer, más allá de denunciar cualquier irregularidad que detectemos.
Que la situación actual no satisfaga las aspiraciones del sector del aceite de oliva, no significa que estemos ante una Ley fallida. Muy al contrario. La inmensa mayoría de bares y restaurantes de nuestro país cumplen la norma y lo hacen desde la normalidad. Muy lejos (concretamente a dos años de distancia) han quedado los augurios casi apocalípticos que algunos lanzaron. Seguro que ningún bar ha cerrado en nuestro país por el supuesto incremento de costes de los nuevos envases o por la generación de una mayor cantidad de residuos. Por el contrario, muchos de esos locales tienen hoy clientes que se sienten mucho más satisfechos con sus servicios. Clientes que cuando aliñan una ensalada o preparan su tostada pueden poner nombre y apellido a lo que están consumiendo. Y pueden tener la garantía, por fin, de que cuando piden aceites de oliva, eso es lo que están consumiendo y pagando.
Para desenmascarar a los que incumplen la ley, desde Asaja, no hemos propuesto iniciar una campaña de información para difundir mediáticamente, en redes sociales y, a través de distintos medios, la obligación que tienen los bares y restaurantes de sustituir las aceiteras rellenables que se ponen a disposición de los clientes en los establecimientos del canal, por un envase debidamente etiquetado y provisto de un tapón irrellenable. Y a la vez, que sirva para reconocer el buen hacer de los establecimientos que si cumple con la normativa.
Para ello, se van a llevar a cabo estas actuaciones divulgativas, así como herramientas de concienciación para conseguir la implicación de los consumidores y productores con el fin de que denuncien si observan envases o botellas de aceite de oliva sin tapón irrellenable o esté manipulado.
En este caso, Asaja aconseja solicitar la Hoja de Reclamaciones del establecimiento, dirigirse posteriormente a la Oficina Municipal de Información al Consumidor y hacer llegar una copia a las oficinas de la organización agraria para que sus servicios jurídicos actúen en consecuencia.
La medida supone una garantía de la calidad y autenticidad de los aceites puestos a disposición del consumidor final. Tiene como objetivo mejorar la imagen del producto, en particular de las denominaciones de origen protegidas, las indicaciones geográficas protegidas y de las marcas productoras consolidadas en el mercado, así como informar mejor al consumidor sobre las características del aceite que se pone a su disposición.
Para Asaja, no se trata sólo de un incumplimiento legal, sino también de una amenaza a la calidad y pureza de los aceites de oliva, además de un perjuicio para los intereses de los consumidores, muchos de ellos turistas que visitan España cada año, atraídos, entre otros motivos, por nuestra excelente gastronomía. España, como líder mundial en la producción de aceite de oliva, debe mantener su firme compromiso con las medidas que contribuyan a reforzar la competitividad de este importante sector.


 

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