La obra de la presa de Siles está ya prácticamente acabada, tras inversiones de más de 20 millones de euros. Según el calendario fijado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el llenado de la balsa está previsto para el primer cuatrimestre de este año. Desde hace meses la presa ya recibe aportaciones de escorrentías y arroyos, aunque es ahora, con los informes ambientales pertinentes, cuando se entra en la fase definitiva. Se trata de una vieja aspiración de la comarca serrana de Segura, necesitada de agua de riego, apoyada desde hace décadas por Asaja-Jaén. Tras años de retrasos y promesas incumplidas, al fin es una realidad.
Los municipios que se pueden beneficiar son Arroyo del Ojanco, Benatae, La Puerta de Segura, Orcera, Puente de Génave, Segura de la Sierra, Siles y Torres de Albanchez.
Según datos del subdelegado Juan Lillo, finalmente la presa dará agua de riego para unas 7.000 hectáreas, el doble de las previstas inicialmente. Las características del terreno lo permiten. “Lo que podría suponer que tuviésemos capacidad para dar riego aproximadamente a 7.000 hectáreas, que son las que están ahora mismo en zona regable de la cota de 700 metros, que es la cota en la que resultaría rentable ese riego”, ha comentado Lillo. Eso sí, “si el riego llegase a la cota de 750 metros esas 7.000 hectáreas podrían pasar a ser 11.500 y si se regase hasta la cota 800 habría 15.000 hectáreas con posibilidad de riego”, siempre adaptando “al agua que hay disponible en la presa, que son 6.124 hectómetros cúbicos al año”.
De la necesidad de la presa se venía hablando en Segura desde siempre, aunque no es hasta los años 90 cuando el proyecto va tomando cuerpo. En 1999 el que fuera subdelegado del Gobierno en Jaén Teófilo Martínez la prometió ya en firme, con unas perspectivas de unos pocos años. Asaja-Jaén siempre apostó por el proyecto, como demuestra que hace ahora quince años constituyera la Asociación de Regantes Presa de Siles, que trabaja actualmente codo con codo con la Confederación Hidrográfica para regular y ordenar los riegos en la comarca que van a habilitarse gracias a la nueva infraestructura.
Los trámites burocráticos previos a las obras se prolongaron durante años y años. La política se metió por medio. La presa se incluyó en el Plan Hidrológico Nacional del Gobierno del PP, que fue paralizado por el ejecutivo socialista que lo sucedió en 2004. Hubo que esperar hasta el Activa Jaén para volver a poner la presa sobre la mesa.
Al margen de la política, el hecho de tratarse de una gran obra de ingeniería en territorio protegido con la figura de un Parque Natural hacía que cualquier aspecto a abordar con impacto sobre el terreno fuera muy delicado. Finalmente con las aportaciones de ingenieros y ecologistas se logró un consenso.
Las expropiaciones afectaron a unas 4.000 hectáreas, propiedad de 540 familias. Las indemnizaciones ascendieron a más de seis millones de euros.
La primera piedra se puso en enero de 2008 con las perspectivas de una obra relativamente corta, de dos o tres años. Sin embargo llegó la crisis y con ella los problemas de financiación. Lluvias torrenciales provocaron además un deslizamiento en una ladera que obligó a dotar a la presa de más medidas de contención y ampliar el presupuesto. Lo que iba para tres años máximo se ha hecho finalmente en siete.
La presa de Siles está situada en la cerrada del Cortijo de Cantalar, a unos 400 metros aguas abajo de la confluencia del arroyo de los Molinos con el río Guadalimar. El Giribaile queda unos 100 kilómetros aguas abajo. Se ha levantado a base de materiales sueltos: una presa de escollera con núcleo central de arcilla. Tiene una altura de 52 metros y planta curva de 315 metros de radio y una longitud de coronación de 271 metros. Para hacerla se han sacado de las montañas 783.000 metros cúbicos de tierra y rocas. En cuanto al aliviadero, tendrá una capacidad de 297 metros cúbicos por segundo y el desagüe de fondo, 52 metros cúbicos por segundo.
El proyecto contemplaba, además, otros valores añadidos. Entre ellos, protección contra avenidas de agua y una central hidroeléctrica.
