A LA ESPERA DE QUE LA JUNTA APRUEBE EL ERASMUS AGRARIO

(NOTICIA DE ABC)
Los jóvenes agricultores andaluces que estén ya trabajando en el campo podrán beneficiarse de un programa de intercambio similar al Erasmus universitario, con el que podrán pasar estancias cortas en el extranjero y aprender técnicas de cultivo, modelos productivos o tecnologías agrarias propias de otros países europeos.
Esta iniciativa surgió «hace tres años a propuesta del Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores (CEJA), que con motivo de la reforma de la Política Agraria Común (PAC) lanzó un paquete de medidas para mejorar la formación de los agricultores menores de 40 años e impulsar la innovación en el sector primario, incluyendo un programa de intercambio que tendría cabida en el Segundo Pilar, por el que se desarrollan las políticas de desarrollo rural», explica José Fernando Robles, técnico de Asaja Sevilla y anterior vicepresidente del CEJA.
La idea fue muy bien acogida por la Comisión Europea, así como por el Comité Económico y Social europeo, que también abogó por impulsar un programa tipo Erasmus para el campo.
El proyecto se tiñe ahora de oficialidad al incluirse en el nuevo Reglamento del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), que en su artículo 14 establece que «podrán concederse ayudas para intercambios de breve duración referentes a la gestión de las explotaciones agrícolas y forestales», dejando claro que los destinatarios serán «personas que desarrollen sus actividades en los sectores agrarios, alimentario y forestal, gestores de tierras y otros agentes económicos que constituyan Pymes cuyo ámbito de actuación sean las zonas rurales».
El proyecto debe incluirse como un subprograma temático dentro del paquete de políticas de desarrollo rural a aplicar en las comunidades autónomas en el nuevo periodo 2015-2020, por lo que es Andalucía quien tiene la última palabra sobre su aplicación y puesta en marcha. En principio, la propuesta de intercambio entre jóvenes agricultores de los veintiocho países comunitarios se recoge en el borrador inicial del nuevo Programa de Desarrollo Rural (PDR) andaluz.
De hecho, el documento establece que el coste de la estancia en el extranjero será subvencionable por fondos europeos, e incluye los gastos de la persona que tenga que sustituir al joven agricultor al frente de la explotación durante el periodo en que esté formándose en otro país.
“Retraso y mala gestión”
La entrada en vigor del «Erasmus agrario» dependerá de la aprobación del PDR andaluz, para el que aún «no hay fecha conocida» según critica Asaja Sevilla, quien denuncia «el retraso y la mala gestión» de los programas de desarrollo rural en la comunidad.
Para la patronal agraria, el programa resultará «muy útil para el intercambio de experiencias» y facilitará «la transferencia de conocimientos en la UE, donde Andalucía puede mostrar todo su potencial agrario».
En este sentido, el responsable de la sectorial de jóvenes de Asaja Sevilla, Arturo Hidalgo, apunta que «hay muchos agricultores dispuestos a aprovechar esta oportunidad, jóvenes que no tienen miedo a salir fuera, pues el idioma ya no es una barrera», asegurando que «los jóvenes que llegan al campo hoy día están mucho más preparados y cualificados que las generaciones precedentes».
Hidalgo señala que «este programa es la vía para que los agricultores europeos conozcan in situ las fortalezas del campo andaluz, donde somos una potencia en cultivos como frutales e instalaciones como invernaderos, o en técnicas de riego, por no hablar de las particularidades de un ecosistema único como es la dehesa andaluza, difícilmente entendible en Bruselas».
Asaja Sevilla entiende este programa como «una medida positiva para impulsar el relevo generacional en el campo con agricultores cualificados, que hagan la agricultura más competitiva». En este sentido, recuerda que sólo el 6,4% de las más de 246.000 explotaciones andaluzas está en manos de menores de 35 años, mientras un 55% de los titulares tiene más de 55 años y más del 31% supera los 65. La tendencia no es sólo regional, sino que es común en el panorama agrario nacional y europeo.
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