¿Cómo afectará el coronavirus al consumo?

La pandemia mundial del Coronavirus Covid-19 está suponiendo un acontecimiento de tal magnitud que, según apunta la Revista Almaceite, más allá de sus efectos económicos y laborales a corto plazo, amenaza con cambiar muchos hábitos de consumo y sociales, entre ellos los gastronómicos y alimentarios. Y que sin duda afectarán también al sector del aceite de oliva en su conjunto. Y en algunos casos –y hay que sacar el lado positivo de cualquier acontecimiento negativo– para bien. Reproducimos a continuación el análisis:

Uno de los aspectos más llamativos en la crisis del Covid-19 está siendo el protagonismo de las ventas on line en el sector de la alimentación. Pese a las limitaciones de las grandes cadenas de supermercados por el colapso de los pedidos en los primeros días y las dificultades logísticas de reparto, cientos de miles de consumidores se han acercado por primera vez a la posibilidad de comprar alimentos y bebida on line. Por ejemplo, hay empresas de venta de naranjas on line muy consolidadas de la Comunidad Valenciana que han incrementado más de un 100% sus pedidos durante estos primeros días de confinamiento.

Un sector, el de la venta por internet, muy potente en sectores como la compra de ropa, libros o la reserva de viajes. Y cada vez más en el sector de la delivery food. Además, con la crisis, el perfil del comprador on line ha aumentado en edad, no limitándose a la población más joven. El “efecto Amazon” ha derribado muchos reparos entre el consumidor medio, tanto en servicio como en plazos de entrega.

Según los datos de la Ecommerce Foundation, la asociación europea que engloba a las distintas asociaciones digitales de cada país, en España el comercio on line movió el pasado año 2019 un total de 33.500 millones de euros. Con un gasto medio anual por comprador de 1.300 euros. El 63% de los internautas realizó alguna compra on line el pasado año.

Un área el de la venta on line que tanto almazaras privadas y cooperativas deberán potenciar aún más en el futuro, reforzando sobre todo la logística del producto –la rotura de botellas de cristal en los envíos sigue siendo un problema no resuelto por las empresas de mensajería– y el perfil didáctico de las webs. Casi el 60% de los compradores on line asegura que el plazo de entrega no debe pasar de las 72 horas.

Alimentos saludables

Con la crisis del Covid-19, que ataca directamente a la salud de las personas y las hace sentirse psicológicamente más vulnerables, el factor salud de la alimentación tendrá aún más un efecto rebote. No hay más que ver en los medios de comunicación generalistas como día sí, día también se recurría a especialistas en nutrición para elaborar listas de alimentos que vienen bien para reforzar el sistema inmunológico o desde el punto de vista de las vitaminas.

El consumidor de mediana edad –por encima de los 40 años de media- buscará alimentos saludables y el aceite de oliva virgen extra debe de explotar, con datos y pedagogía, sus grandes virtudes en este sentido. Tanto en crudo como para cocinar, freír, saltear o planchear. El AOVE ecológico también verá reforzada su imagen.

Productos de cercanía

Miles de ciudadanos han buscado para sus familias e hijos un “refugio” durante el Covid-19 en muchos pueblos de esa España vaciada que ahora se ha vuelto de pronto, más atractiva a la vista del urbanita. Han pensado que estarían más seguros en un pueblo que en una gran ciudad, pese a sus menores medidos sanitarios y logísticos. Se buscará de nuevo el producto de cercanía, con origen definido y claro, sin intermediarios, de temporada, natural. El pueblo, el campo volverá a generar más confianza en el consumidor medio que la ciudad. Y el sector del olivar y el aceite de oliva virgen extra deben también aprovechar su imagen rural y cercana.

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