El aceite: al servicio de nuestra salud y bienestar

Entre las referencias más antiguas que tenemos del olivo están los primeros signos que aparecen en Creta durante el Neolítico por el hallazgo de huesos de aceituna. La presencia más antigua sobre el aceite de oliva se sitúa en el antiguo Egipto, donde lo introducían dentro de los sarcófagos de los faraones para que su otra vida fuera plena y llena de paz. Pero este no es el único uso que encontramos del aceite de oliva. A lo largo de toda su trayectoria, uno de sus principales usos para todas las culturas, ha sido como producto estrella beneficioso para la salud. Sin evidencias científicas, ya estaba demostrado en su uso cotidiano los numerosos beneficios que el aceite de oliva presenta para nuestra salud. En la antigua Grecia, era usado como método de protección ante las posibles quemaduras por el sol. Además de para favorecer la hidratación del cuerpo de los participantes en los juegos olímpicos.

Para los romanos, el aceite de oliva fue un producto indispensable por todos los usos que le atribuían, como, entre otros, medicinales para la cura de heridas. También lo tomaban para tratar ulceras o calmar cólicos.

La Edad Media trae consigo un uso del aceite de oliva diferenciado por clases, las clases más altas empezaron a utilizarlo como producto de belleza, lo aplicaban al cabello para hidratarlo y darle brillo. Las clases más bajas, lo usaban solo cuando era muy necesario, una cucharada de aceite de oliva les bastaba para bajar la fiebre.

Actualmente ya existen numerosas investigaciones científicas que ratifican todos los beneficios que aporta el aceite de oliva, demostrando el positivo resultado de todos esos usos medicinales que se le ha dado al aceite de oliva a lo largo de la historia.

El aceite de oliva es rico en vitaminas A, K, D y E. Contiene poder antioxidante que mejora la función y el desarrollo de nuestro organismo ayudándonos a prevenir el envejecimiento. Por ser un alimento con propiedades antiinflamatorias protege contra la inflamación y el estrés oxidativo.  Su alto contenido en ácido oleico nos ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y a controlar y disminuir el colesterol malo. Además, mejora el estreñimiento y favorece las digestiones.

El mundo cuenta con 11.594.987 hectáreas de olivo, situado en el segundo puesto en el ranking por superficie de cultivo leñoso permanente. Siendo España el país con mayor producción con 7.167.827 toneladas de aceituna y el país con mayor consumo con 3.256.570 de toneladas de su fruto.

Genera un volumen de empleo de 35.447.000 jornales por año.

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