La dieta mediterránea ayuda a prevenir las patologías cardiovasculares

La dieta mediterránea, enriquecida con frutos secos (especialmente nueces) y aceite de oliva, ayuda a prevenir la patologías cardiovasculares. Es una de las principales conclusiones extraídas de la investigación española publicada en The New England Journal of Medicine, la cual aporta claros indicios de la capacidad y eficacia de la dieta mediterránea para reducir la incidencia de problemas cardiovasculares.

El ensayo consistió en un seguimiento a casi 7.500 participantes de ambos sexos y distintas regiones de España durante un promedio de 5 años. Todos los voluntarios tenían altas probabilidades de padecer enfermedad cardiovascular en el futuro. De manera aleatoria, fueron divididos en tres grupos en base a la alimentación: dieta mediterránea suplementada con un litro de aceite de oliva virgen a la semana, dieta mediterránea con 30 gramos de frutos secos diarios y dieta baja en grasas. No hubo restricción calórica alguna, pero los dietistas siguieron muy de cerca el cumplimiento de la dieta. Tras analizar su estado de salud, los investigadores observaron una reducción del 30% del riesgo de sufrir episodios cardiovasculares.

Concretamente, la dieta mediterránea, basada en aceite de oliva y frutos secos, disminuiría casi en un 50% la probabilidad de sufrir un ictus o un infarto. Estos dos ingredientes cumplen, por ende, una función protectora frente a la enfermedad cardiovascular.

También se comprobó que los participantes perdían peso y conseguían reducir el perímetro de su cintura, aun incorporando nueces y aceite de oliva a la dieta mediterránea.

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