Múltiples estudios han demostrado una asociación inversa entre una dieta de buena calidad y la aparición o deterioro de enfermedades mentales y la función cognitiva, según recoge el Consejo Oleícola Internacional en su página web. Este estudio, en particular, con 7.756 participantes, encontró asociaciones protectoras atribuidos a la ingesta de verduras y frutos secos. Además, los participantes que se adhirieron mejor a la dieta mediterránea mostraron un menor riesgo de deterioro cognitivo y puntuaciones de la función cognitiva más altas. Entre los componentes de la dieta mediterránea, el pescado fue el elemento con la evidencia más consistente que sugiere su efecto beneficioso.
Relacionada con la función cognitiva, esta intervención realizada en pacientes de alto riesgo cardiovascular evaluó si la dieta mediterránea podría ejercer efectos beneficiosos sobre la expresión génica, específicamente relacionada con la neuroinflamación, que está estrechamente relacionada con la patogénesis de las enfermedades neurodegenerativas. Observaron que varias vías de señalización asociadas con la neuroinflamación fueron reguladas por la modificación del patrón dietético, en este caso una dieta mediterránea enriquecida en aceite de oliva virgen o frutos secos. La explicación parece ser la presencia de compuestos bioactivos y metabolitos abundantes en la dieta mediterránea.
Referencias:
Keenan TD, Agrón E, Mares JA, et al. Adherencia a una dieta mediterránea y función cognitiva en los Estudios de Enfermedades Oculares Relacionadas con la Edad 1 & 2. Dement de Alzheimer. [publicado en línea antes de la impresión, 2020 abr 13].
Almanza-Aguilera E, Hernáez A, Corella D, et al. La respuesta transcripcional a una intervención de la dieta mediterránea ejerce un efecto modulador sobre la vía de señalización de la neuroinflamación. Nutr Neurosci. [publicado en línea antes de la impresión, 2020 abr 15].
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