Guía doméstica para medir la calidad de los suelos
Cómo saber si un suelo es más fértil que otro. Éste es el reto en el que trabaja el proyecto ‘Microfauna: Los secretos del suelo’ donde investigadoras de la Universidad de Sevilla, junto con estudiantes del IES Virgen de Valme (Dos Hermanas) y asociados de Enredaos con la tierra (La Puebla del Río) se han convertido en científicos-ciudadanos para elaborar una guía destinada a público no experto que determine la calidad de los suelos mediante la medición de su biodiversidad y su capacidad de descomponer la materia orgánica. Esta iniciativa forma parte del proyecto ‘Andalucía + ciencia ciudadana’, impulsado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación y coordinado por Fundación Descubre y la Universidad Pablo de Olavide, que pretende potenciar la utilización de este abordaje científico participativo entre distintos agentes de la región. En concreto, supone la implicación activa de una comunidad para dar respuesta a un problema cercano con acciones basadas en el conocimiento, en este caso la conservación de un recurso desconocido como el suelo. Un grupo de 80 personas participa en este proyecto que arrancó en marzo y que se extenderá hasta junio de 2025. Cuenta con la asesoría científica del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Sevilla y también colabora el investigador de la Universidad de Cádiz Pablo Homet y la investigadora del Departamento de Cristalografía, Mineralogía y Química Agrícola de la Universidad de Sevilla Marta Gil. La iniciativa parte de la hipótesis que los suelos mejor conservados y cubiertos por mayor diversidad vegetal albergarán una mayor abundancia y la diversidad de microfauna edáfica (como ácaros o colémbolos). Asimismo, estos suelos más biodiversos descompondrán la materia orgánica con más facilidad. Para medir esta capacidad de descomposición, el proyecto se desarrolla en dos escenarios de análisis. Por un lado, los terrenos del IES Virgen de Valme, en Dos Hermanas, y, por otro, la huerta de la asociación Enredaos con la Tierra de La Puebla el Río, que abastece a un centenar de familias. En el instituto nazareno, comenzaron con una evaluación inicial para medir el conocimiento previo del alumnado sobre el suelo y su microfauna. A continuación, la coordinadora del proyecto y asesora científica, Lourdes Morillas impartió un taller introductorio sobre la importancia del suelo, su fracción orgánica y la relevancia de sus organismos. Viaje a la huerta Para comparar el suelo no fértil del centro, con la huerta de la asociación Enredaos con la Tierra, dedicada a agricultura regenerativa, desarrollaron dos experimentos. Por un lado, se desplazaron a los terrenos de cultivo de La Puebla del Río para evaluar la capacidad de descomposición de la materia orgánica. Para ello, enterraron en 8 ubicaciones distintas un set de materiales con diferente biodegradabilidad: un tapón de plástico, ropa interior de algodón, una piel de plátano y una bolsita de té. Tras dos meses, los desenterrarán y registrarán su pérdida de peso, lo que les permitirá cuantificar la descomposición que han experimentado. “Los beneficios de los proyectos de ciencia ciudadana es que el alumnado aplica el método científico a una situación real, próxima a su día a día”, subraya la directora del IES Virgen de Valme, Ángela Lendínez. En paralelo, se diseñó un experimento para extraer la fauna del suelo de los sitios de estudio en los que se evaluó la descomposición de la materia orgánica. Tras humedecer una muestra de terreno, la pesan y la colocan en un embudo fabricado con una botella de plástico, donde se coloca una malla que los organismos atravesarán al huir de un foco de luz colocado sobre la muestra de suelo. Al atravesarla, los organismos quedan atrapados y fijados en alcohol. Cuatro días después, los científicos ciudadanos recogen los organismos y los identifican con un listado de especies que han elaborado para el proyecto....
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