Según recoge Agronegocios, el objetivo de esta próxima norma, de 52 páginas, es establecer los requisitos básicos para conseguir un aporte sostenible de nutrientes en los suelos agrario, previendo un marco de acción que permita mantener o aumentar la productividad de este factor de producción, a la vez que se disminuye el impacto ambiental de la aplicación en dichos suelos de productos fertilizantes y otras fuentes de nutrientes o materia orgánica. En particular, con la nueva normativa se pretende conseguir de forma especial, aunque no exclusiva, objetivos como la gestión sostenible de la nutrición de los cultivos; incrementar de forma sostenible la producción agroalimentaria; el mantenimiento o incremento, en su caso, de materia orgánica en los suelos agrarios, así como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y lucha contra el cambio climático, así como de otros gases contaminantes, en especial el amoníaco.
Igualmente, entre los objetivos, está el de evitar la contaminación de las agua, de forma particular prevenir y reducir la contaminación de las aguas continentales, las aguas de transición, las aguas costeras y las aguas subterráneas, causada por nitratos y actuar preventivamente contra nuevas contaminación de esta clase.
También se pretende preservar y mejorar las propiedades biológicas de los suelos agrarios, potenciando su manejo como “suelos vivos”, y evitar la acumulación de metales pesados y otros contaminantes en los suelos agrarios, preservando la biodiversidad ligada a los mismos.
Registro
Por ello, en concreto, el real decreto establecerá la creación de un Registro general de fabricantes y otros agentes económicos de productos fertilizantes; los requisitos mínimos de un plan de abonado, así como unas buenas prácticas agrícolas mínimas, comunes al territorio nacional, para aplicar los nutrientes a los suelos agrarios con independencia de su origen, si bien las CC.AA. podrán establecer normas más restrictivas, siempre que lo consideren necesario, para mejorar la consecución de los objetivos planteados en esta norma, en particular para evitar la contaminación de las aguas por nitratos provenientes del sector agrario.
Asimismo, esta norma pretende establecer la información mínima que los agricultores deben incorporar al cuaderno de explotación en materia de aporte de nutrientes a los suelos agrarios.
El MAPA considera preciso establecer un marco general básico de aplicación en toda España para conseguir, regulando un aporte sostenible de nutrientes en los suelos agrarios, una reducción de las emisiones de GEI y otros gases contaminantes, en especial el amoníaco; evitar la contaminación de las aguas; preservar y mejorar las propiedades biológicas de los suelos agrarios, potenciando su manejo como “suelos vivos”; evitar la acumulación de metales pesados y otros contaminantes en esos suelos, y preservar su biodiversidad.
Este departamento recuerda también que, en el marco del Pacto Verde Europeo, la Estrategia “De la granja a la mesa” “impone unos objetivos ambientales muy ambiciosos, entre los que se encuentra uno referido a la fertilización y buen estado agronómico de los suelos, y establece como meta reducir, al menos, a la mitad las pérdidas de nutrientes, sin deteriorar la fertilidad del suelo.
