Avances medioambientales tras cuatro campañas de aplicación del Pago Verde

Tras cuatro campañas de aplicación del “Greening” en España, se continúa demostrando el avance positivo en términos medioambientales, al haberse consolidado en 2018 los efectos verificados del primer año de aplicación de esta ayuda. Así lo explica el Fondo Estatal de Garantía Agraria (FEGA) en el informe, en el que apunta a una evolución interesante en 2018 respecto de la diversificación de cultivos, de lo que se deriva un avance en términos de biodiversidad y de la mejora del suelo, pues se ha determinado que el monocultivo, notablemente existente en 2014, ha evolucionado hacia una mayor diversificación de explotaciones con un mayor número de cultivos. Por ejemplo,  el 14% de las explotaciones sujetas a diversificación,  en 2014, tenían 1 cultivo, cifra que se ha visto reducida en más de la mitad (hasta el 5%) en el año 2018; igualmente, el número de dichas explotaciones que en 2014 tenían 2 cultivos, se ha reducido desde el 25% hasta  el  11%  en  el  año  2018.  Por  el  contrario,  se  ha  incrementado  el  número  de  explotaciones que en 2014 tenían 3 o más cultivos de un 61% a un 85% en 2018, en comparación con las explotaciones de un solo cultivo que siguen en descenso cada campaña con el objeto de cumplir con la diversificación.

En  2018,  los  datos  estadísticos  facilitados  por  las  comunidades  autónomas  señalan  un mantenimiento  del  total  de  superficies  de  interés  ecológico  (SIE)  válidas  para  poder cumplir el segundo de los requisitos del Pago Verde en aquellas explotaciones que declaren  más  de  15  hectáreas  de  tierra  de  cultivo,  preservándose  por  tanto  el  gran beneficio medioambiental de la segunda de las exigencias del Pago Verde. Por otra parte,  es necesario  hacer referencia  a la importancia  de los pastos permanentes como secuestradores de carbono y, por ende, a sus beneficios en relación con la lucha contra el  cambio  climático.

En  ese  sentido,  como  ya  se  ha  indicado,  se  ha  mantenido  estable  la superficie de pastos permanentes medioambientalmente sensibles designados en zona Natura 2000, cuya vigilancia y control eficaz de las exigencias de no conversión a otros usos ni su labranza, resulta esencial para el mantenimiento de estas superficies de gran valor, que  constituye  una  práctica  más  a  respetar  para  que  los  titulares  de  estos  pastos  puedan beneficiarse del pago del “Greening”.

Según los datos más recientes existen un total de 6.725.554 hectáreas de pastos permanentes ubicados en zonas Natura 2000, de los que se consideran pastos medioambientalmente sensibles una superficie de 2.577.856 hectáreas.

En lo que se refiere al respeto de la práctica de  mantenimiento de pastos permanentes, cabe señalar que, habiéndose calculado, a nivel nacional, la proporción de referencia (ratio) de los pastos permanentes declarados con respecto de la superficie total agrícola declarada, se ha comprobado  que  el  ratio  anual,  al  igual  que  en  campañas  anteriores,  sigue  sin  disminuir  más  de un 5%.

En definitiva, el FEGA apunta a que, desde el punto de vista medioambiental y de la mitigación del cambio climático, la aplicación de la ecologización influye de manera favorable en la reducción de la erosión de los suelos españoles, al incidir en la mejora de la estructura de los mismos por la introducción de diferentes cultivos, evitando el monocultivo. Asimismo, explica que se mejora el contenido de materia orgánica de los suelos, lo que redunda en una mayor capacidad de retención del agua, además de aumentar la biodiversidad, al introducir nuevas especies y variedades en las explotaciones.

Para más información, se puede visitar el informe en la siguiente dirección: www.fega.es

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