Demuestran la viabilidad de los drones para vigilar las explotaciones agrarias

La Diputación ha acogido la presentación de los resultados del proyecto “Mochuelo”, una investigación financiada por la Administración provincial y realizada en el centro de vuelos experimentales ATLAS para el desarrollo de un sistema de vigilancia de superficies agrícolas, como el olivar, utilizando aviones no tripulados controlados de forma remota (RPAS), conocidos popularmente como drones. El presidente de la Administración provincial, Francisco Reyes, ha presentado junto al director gerente de la Fundación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial de Andalucía (FADA), Joaquín Rodríguez, y el delegado de Agricultura de la Junta, Juan Balbín, los resultados de esta investigación que “contribuye a dar visibilidad a este centro, que se encuentra aquí, en la provincia de Jaén, y que es el único que hay en el sur de Europa que se dedica a las prácticas de aviones no tripulados”, ha subrayado Reyes.

En este sentido, el presidente de la Diputación ha hecho hincapié en que las conclusiones de este proyecto, que demuestra la operatividad y la viabilidad de la utilización de aviones no tripulados para la detección y localización de intrusos y vehículos en superficies agrícolas como olivares, “ponen de manifiesto la importancia que este tipo de aviones tiene ya en la realidad y la que especialmente puede tener en un futuro inmediato, en temas como la vigilancia de olivares o la detección de incendios forestales”, además de dar a conocer “la labor y los servicios que se prestan desde este centro”, que dispone “de un espacio aéreo segregado y que está ubicado en una zona con buenas condiciones climatológicas durante todo el año”, ha apostillado Reyes.

La Administración provincial ha financiado con 90.000 euros este proyecto, que se ha desarrollado en un periodo aproximado de un año en el centro de vuelos experimentales ATLAS, situado en el paraje de Herrera, en el término municipal de Villacarrillo. El director gerente de FADA, Joaquín Rodríguez, ha señalado que han sido “muy positivos” los resultados de esta investigación, en la que se ha analizado la viabilidad de utilizar sistemas de aviones no tripulados para colaborar con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el control y la vigilancia de zonas de cultivos extensivos, como el olivar, con el objetivo de minimizar las incidencias por robos en las mismas.

En este sentido, Rodríguez ha señalado que este proyecto tecnológico ha demostrado que es viable generar un sistema de vigilancia con aviones no tripulados “que pudiera llegar a ser comercial en breve plazo”, lo que abre importantes vías de negocio de cara al futuro por las “múltiples posibilidades” que ofrece este sistema para su uso en ámbitos como la agricultura de precisión, el cálculo del nivel de irrigación de los cultivos, el control de incendios forestales, el conteo de aves o la monitorización de especies en peligro de extinción en ámbitos protegidos, entre otros muchos.

Asimismo, Joaquín Rodríguez ha señalado que los cambios normativos que se esperan respecto al uso de sistemas de aviones no tripulados “va a aumentar mucho en los próximos años el nivel de penetración de esos sistemas en la vida profesional”. En concreto, “las previsiones son que en 2025 habrá en torno a 5.000 millones de euros de facturación asociada al uso profesional de estos sistemas”, ha comentado.

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