La innovación en olivicultura mejora el ámbito social y económico

La innovación en olivicultura brinda mejoras sociales, económicas, medioambientales y relativas al conocimiento. Esa es una de las más importantes conclusiones del informe “El Alentejo portugués como referencia internacional en innovación en materia de olivicultura”, elaborado por Juan Vilar Consultores Estratégicos y Consulai. Según el mismo, como fijación poblacional, el desarrollo del Alentejo ha sido vital para el territorio, ya que la modernización e innovación agrícola es el mayor incentivo para el desarrollo rural, del mismo modo que, resulta ser el mas efectivo de los remedios para evitar los movimientos migratorios del campo a las ciudades, vía incremento y reparto de riqueza. Igualmente el equilibrio entre modernización, especialización y sostenibilidad en el ámbito agrícola otorga una mayor calidad de vida a los miembros de la comunidad. Existe una relación directa entre períodos de crecimiento poblacional e intensificación de la agricultura. Según informa la FAO, si las tendencias de crecimiento de la población mundial y del consumo de alimentos se mantienen, para el año 2050 el mundo necesitará un 60% más de alimentos de los que se disponen actualmente.

Hay que tener en cuenta que la tierra cultivable es limitada, por lo que para satisfacer dichas necesidades de alimentos la solución pasa por la intensificación agrícola sostenible. Es decir, se deberá producir más con la misma extensión de terreno, utilizar menos insumos y obtener rendimientos superiores.

Para llevarlo a cabo se deben desarrollar estrategias competitivas que conjuguen la rentabilidad y la sostenibilidad ambiental, social y económica. La sociedad, cada vez concede más importancia a los productos y procesos sostenibles.

Un país que lo tiene muy presente, como se ha mencionado anteriormente, es Portugal, y más concretamente la región de Alentejo, inmersos en ese proceso de innovación y poniendo de relieve la compatibilidad de una cultura económicamente rentable, que permite crear valor en el sector y en la región, con la promoción de indicadores de desarrollo ambiental y social, es decir, con un impacto significativo en retención de carbono, prestación de servicios ecosistémicos y asentamiento de la población en el territorio. Además, desde 2010 a 2017, multiplicó por más de cuatro su volumen de negocio en el sector oleícola.

En conclusión, según este estudio, la innovación en la olivicultura, mediante búsqueda de eficiencia, o diferenciación, viene a confirmar lo que se informa por la FAO en cuanto a que la modernización de la agricultura mejora el asentamiento de la población rural, profesionaliza la mano de obra e industrias afines y potencia la sostenibilidad social, ambiental y económica.

 

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