Las “malas hierbas” siguen siendo buenas para el olivar

Dentro de poco se cumplirá un año desde la publicación del manual Buenas «malas hierbas» del olivar, de Olivares Vivos, que adquirió cierta relevancia en el entorno agrícola por sus recomendaciones respecto a la gestión de la cubierta vegetal. Un año después, y coincidiendo con esta situación de crisis que ha creado incertidumbre en todos los sectores, Life Olivares Vivos ha querido recordar que las «malas hierbas» siguen siendo buenas para el olivar, y que una gestión adecuada de la cubierta vegetal aumenta la fertilidad del suelo, mejora la biodiversidad y protege frente a la erosión y las enfermedades, mitigando, además, los efectos del cambio climático por el secuestro del carbono, según recoge la Oleorevista.

Según Life Olivares Vivos, algunas zonas de Andalucía se pierden por malas prácticas de laboreo o el uso de herbicidas entre 29 y 47 toneladas de suelo fértil por hectárea y año. La ciencia y la experiencia -afirma la organización- demuestra que un óptimo manejo de la cubierta herbácea produce mayores beneficios que el uso de herbicidas, razón por la cual esta es una de las condiciones que deben cumplir los agricultores que quieran adherirse a la red de Olivares Vivos.

«Un olivar con cubierta herbácea secuestra el doble de carbono que otro cultivado con el suelo desnudo», defiende José Eugenio Gutiérrez Ureña, coordinador de Olivares Vivos y delegado de SEO/BirdLife en Andalucía. «El proyecto Olivares Vivos identifica AOVE producidos en olivares que recuperan biodiversidad, siendo un requisito indispensable el mantenimiento y la adecuada gestión de las cubiertas herbáceas», una gestión que, según afirma, debería traducirse en reconocimiento y apoyo por parte de la Política Agraria Común, pero también por parte de los consumidores, para los cuales trabaja el proyecto Olivares Vivos.

Los métodos más sostenibles para gestionar la cubierta herbácea, además de información sobre las especies que aparecen en el olivar o sus usos tradicionales aparecen en la publicación Buenas ‘malas’ hierbas del olivar, editada por Olivares Vivos y disponible en su web. En ella, se pueden encontrar los servicios que prestan algunas plantas para el control de plagas, como la olivarda (Dittrichia viscosa), que permite combatir a la mosca del olivo, o los jaramagos (especies como Brasica carinata, Diplotaxis virgata o Sinapis alba), útiles para reducir la afección del hongo Verticilium dahliae, así como aquellas que se han usado tradicionalmente con fines medicinales o culinarios.

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