EL ACEITE DE OLIVA PROLONGA LA VIDA DE LOS ANIMALES, SEGÚN UN ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE JAÉN

 

Olimerca.- El grupo de investigación de la Universidad de Jaén (UJA) ‘Estrés Celular y Edad’, dirigido por la catedrática de Biología Celular María Ángeles Peinado, especializado en el estudio de los mecanismos moleculares que ocurren durante el envejecimiento o en diferentes patologías relacionadas con la edad, estudia los efectos terapéuticos del aceite de oliva virgen extra en los animales, más concretamente el efecto de un determinado compuesto, el tirosol en la longevidad.
 
Para ello, el personal de la UJA ha estudiado la ingesta de este compuesto en una especie de nematodo (el gusano Caenorhabditis elegans) con un considerable porcentaje de genes que también están presentes en el genoma humano. La científica responsable de esta línea de investigación, Ana Cañuelo, explica que el suministro diario de tirosol logró prolongar la vida media del gusano en un 20%. “Registramos en los gusanos una mayor resistencia al estrés oxidativo y térmico que la habitual. No sólo vivían significativamente más tiempo, sino que además se encontraban en mejor forma física”, añade la experta.
 
El objetivo es conocer todo los procesos y reacciones celulares que desencadena la ingesta de tirosol en los nematodos, entender los cambios que genera en su organismo para prolongar su tiempo de vida. Hasta el momento, el grupo de la UJA ha conseguido identificar tres genes que se ven directamente influenciados por este compuesto, tres genes que también se encuentran en el genoma humano, lo que constituye un considerable paso para estudiar la posibilidad de prolongar la longevidad en la vida humana. Por ello es tan importante analizar a fondo el comportamiento de los nematodos. 
 
Además, los investigadores del grupo han utilizado un marcador biológico en los gusanos para medir su velocidad de envejecimiento. Éste consiste en la frecuencia del ritmo de contracciones musculares que se producen en la faringe del nematodo, que es un síntoma de buena salud y de juventud en los gusanos. “El ritmo de contracciones va bajando con la edad y es un marcador muy útil para medir el envejecimiento. Sería equivalente a medir la disminución progresiva de fuerza muscular o el deterioro de otras funciones fisiológicas en las personas cuando envejecen”, añade la científica
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