¿Cuál es el perfil del consumidor de aceite de oliva?

¿En qué país del mundo se consume más aceite por persona y año? ¿Hay relación entre el consumo de un virgen extra y las creencias religiosas? ¿Qué calidad es la preferida por los consumidores? Éstas son sólo algunas de las cuestiones a las que da respuesta el estudio realizado por la consultoría del analista oleícola internacional Juan Vilar y su equipo, y que recoge el ABC en su edición de Andalucía. A nivel mundial son 67 los países que producen aceites de oliva y 198 los que consumen esta grasa vegetal obtenida del fruto del olivar. En dicho estudio, se analiza el comportamiento del consumidor de aceites de oliva en los 198 países consumidores, dibujando un perfil según el género, edad, nacionalidad, creencias religiosas, uso que da a ese aceite o dónde lo consume principalmente.

Las conclusiones del estudio muestran que el consumidor mundial tipo de aceites de oliva «es un varón, generalmente religioso, pues los católicos, budistas y creyentes musulmanes consumen más aceites de oliva que el resto de ciudadanos del mundo, ingiriendo alrededor de 450 gramos de aceites de oliva por año natural», explica Juan Vilar.

Así, añade que «este señor tiene entre 49 y 75 años, con varios hijos, un nivel de estudios medio o alto y un rango de renta media. Adquiere aceites de oliva vírgenes y en su mayor parte lo compra en envases tipo PET, adquiriéndolo en un supermercado, y usándolo, fundamentalmente, como producto crudo para aderezar o añadir a ensaladas, tostadas, etc.».

 

Consumo en el hogar

En su mayor medida, «más del 70% lo consume dentro del hogar, y cuando lo hace fuera, suele tomarlo en bares y restaurantes en más de la cuarta parte de las ocasiones», apunta el responsable del estudio. ¿Dónde vive el mayor consumidor de aceites? La respuesta es en un pequeño estado italiano, San Marino con 22 kilos por persona y año cuando «el consumo medio mundial por persona y año es de 450 gramos». Le sigue Grecia, España, El Vaticano, Italia y Portugal. El primer consumidor no productor, Islandia

En España, el consumidor tipo español también es un hombre, generalmente de más de 49 años. «La edad es un factor a tener en cuenta, pues cuando muere un hombre, potencialmente se pierde un consumidor de aceite, pero cuando nace un niño el sector no gana un cliente», explica Vilar. El estudio advierte de que «se consume más aceite refinado, aunque se está produciendo una equiparación con los aceites vírgenes». Otra conclusión curiosa es que por motivos de la pandemia, «casi 1 kilo de aceites de oliva consumidos por cada español ha sido adquirido por internet, más de 5 kilos en tiendas de cercanía y supermercados, y 3 kilos en hipermercados. El resto lo adquieren en almazaras y otro tipo de establecimientos».

 

El mercado local

El estudio subraya que los aceites de oliva son un producto de cercanía o familiaridad, y que el 92% de su consumo se experimenta en países donde el olivo se encuentra presente.

Ésta es también una de las razones que explican que en Andalucía, la principal comunidad productora nacional, con el 75% del aceite de oliva de España, se consuma más este producto. De hecho, los andaluces ingieren casi un 10% más de aceites de oliva que un español medio, es decir, 12,8 kilos.

En relación a la edad, este varón (los hombres consumen unos 25 gramos más por año de media que las mujeres), cuenta con más de 49 años. Las familias con hijos suelen consumir más del 45% del total de aceites de oliva consumidos en Andalucía, siendo en su mayoría de clase media, del orden del 57%, y con un nivel de estudios medios.

En cuanto a la calidad del aceite, los andaluces se decantan más por los aceites vírgenes. Así, de cada 12,88 kilos de aceites de oliva consumidos por un ciudadano andaluz, 7,7 son vírgenes (6,7 vírgenes extra y 1 virgen), adquiridos en mayor medida (casi 12 kilos) en envases PET. En cuanto al destino que se le da al producto, cada andaluz destina a condimentar y añadir en crudo a alimentos 8 kilos de aceites de oliva.

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