Los menús escolares analizados por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) no cumplen con las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición porque les faltan legumbres, huevos y fruta, mientras que les sobran pasta, arroz y platos precocinados. Estas son las conclusiones de una encuesta realizada a padres sobre lo que comen sus hijos y que reúne 622 menús de centros escolares, de los cuales el 73 por ciento son públicos, el 21 por ciento concertados y el seis restante, privados, según ha detallado la OCU en una nota de prensa, y recoge Agrodiario.
Así, se concluye que el consumo de legumbres es escaso, no llega al mínimo recomendado de 1,5 veces a la semana, sin embargo, el arroz, la pasta y las patatas se sirven en comedores escolares unas 3 veces a la semana, «un poco por encima» de las recomendaciones nutricionales.
El consumo de huevos no alcanza el mínimo establecido de una vez a la semana. La carne, el pescado y los huevos deberían aparecer entre una y dos veces a la semana en los menús porque el objetivo es variar y alternarlos, dando prioridad a las carnes más magras así como a los pescados azules ricos en omega 3.
Las cantidades de carne y de pescado son «adecuadas» y se ajustan a lo aconsejado, aunque se debería rebajar el porcentaje de embutidos, que es del 15 por ciento, por ser carne demasiado «grasa» e incorporar a la dieta más pescado azul.
En cuanto a las verduras, aunque la encuesta desprende que las 2,45 raciones semanales casi alcanzan el mínimo recomendado, la OCU señala que la forma de elaborar los platos «no es la ideal» ya que solo el 11 por ciento de los menús se cocina entera, la mayoría se presenta en puré o en ensaladas como guarnición.
Estas últimas formas de servir la verdura, remarca la OCU, a menudo provocan que los niños se dejen la comida en el plato y lamenta que «faltan» preparaciones de verduras clásicas como judías verdes, menestra o coliflor.
La OCU recomienda evitar precocinados como croquetas, san jacobos, patatas fritas, aunque en los menús aparecen en poca cantidad, 0,55 raciones a la semana, sería aún mejor si se redujeran a una vez cada dos semanas. Sugiere, además, apostar por guisos, preparaciones a la plancha o al horno.
Pese a que la encuesta recoge el testimonio de centros públicos, privados y concertados, no se observan diferencias de calidad en función del tipo o del precio del menú, pero sí en función de dónde se cocinan: cuanto más lejos se cocinen, menos equilibrados están.
El 55 por ciento de los menús que vienen de empresa externa en línea caliente son «muy desequilibrados», el 46 por ciento de la línea fría (envasada y refrigerada para calentar posteriormente en el comedor) son «muy desequilibrados», pero cuando se cocina en el centro, la cifra baja al 39 por ciento.