Los polifenoles y el vino

Los polifenoles, compuestos químicos que hay en algunas plantas, están detrás de buena parte de los efectos saludables que conlleva un consumo moderado de vino, ya que son antioxidantes y antiinflamatorios y en este alimento se concentran en una cantidad considerable. Así se desprende de la ponencia que ha realizado la catedrática del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona (UB), Rosa María Lamuela-Raventos, durante un Curso de Verano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) dedicado a abordar la alimentación saludable tomando el vino como caso práctico, y que recoge Agrodiario. El evento cuenta con el patrocinio de la Interprofesional del Vino de España (OIVE), con la que el año pasado la UCM llevó a cabo una actividad cultural que este año se ha extendido al aula.

“Hemos estudiado los efectos de los polifenoles a nivel de disminución de la mortalidad y de disminución de problemas cardiovasculares, así como en la mejora para abordar la diabetes”, entre otras afecciones, ha expresado la experta a Efeagro tras su conferencia.

La clave, continúa Lamuela-Raventos, que también dirige el Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria de la UB, es que una copa de vino aporta 200 mg de polifenoles lo que es “un nivel muy considerable” respecto al de otros alimentos.

“Casi un 25 % de los polifenoles de la dieta en nuestra población mediterránea proviene del vino y cuando vemos qué polifenoles han hecho un efecto protector de enfermedades curiosamente siempre están los del vino”, ha dicho la catedrática.

Durante su ponencia, titulada “El papel del vino dentro de la dieta mediterránea como estilo de vida saludable”, Lamuela-Raventos ha abordado cómo el vino, consumido con moderación y junto a alimentos, tiene un efecto beneficioso asociado a la disminución de eventos cardiovasculares.

La experta ha explicado que en diversos estudios ya se constató que la dieta mediterránea es la más saludable a nivel nutricional y que, en ese marco, se ha comprobado científicamente que la ingesta moderada de vino está asociada a la “disminución del colesterol malo y el aumento del colesterol bueno”.

“Nosotros siempre que hablamos de vino lo ligamos dentro de un patrón de dieta mediterránea y observamos que si se sigue un patrón de dieta saludable acompañado de un consumo de vino mejoran los parámetros cardiovasculares”, ha dicho.

Además, ha hecho hincapié en que, en contra de lo que algunas dietas hipocalóricas recomiendan, “el aumento de peso no se relaciona con un consumo moderado de vino ni de aumento de la barriga”.

Ha abundado que en mujeres con menopausia consumir vino no conlleva tener un “mayor índice de obesidad, ni peso corporal, ni mayor grasa abdominal y que parámetros relacionados a mejoras a nivel cardiovascular, como los triglicéricos y glucosa, incluso mejoran en un consumo moderado”.

A su juicio, lo recomendable es una copa diaria de vino para las mujeres y dos para los hombres con la comida o la cena.

En el evento ha estado también presente el profesor de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona Ramón Estruch, quien ha dicho a Efeagro que “la ventaja del vino sobre otras bebidas alcohólicas es que, además del efecto positivo del alcohol tiene el efecto positivo de los polifenoles, que son antioxidantes y antiiflamatorios”.

“La clave es poner el vino en la base de la dieta mediterránea y se produce una multiplicación con los otros alimentos. La clave es saber comer bien y saber poner la dosis adecuada de vino en la comida”, ha concluido.

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