El 68% del aceite que se vende en España es marca blanca

aceite en una planta envasadoraLa consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Carmen Ortiz, ha defendido la necesidad de reforzar las estructuras de comercialización del aceite de oliva, vendiéndolo “envasado y bajo las denominaciones de marcas diferenciadas, que den mayor valor al producto”. Así lo trasladó durante su intervención de apertura del curso ‘Marca y Producto en el AOVE. Claves para el éxito en la comercialización nacional e internacional de productos del olivar’ de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Baeza (Jaén).

Carmen Ortiz aludió a las distintas preferencias que en los diferentes países hay sobre los envases, o los colores y sabores del aceite, por lo que ha conminado a “segmentar muy bien a los clientes, adaptándonos a sus gustos y necesidades, con envases y diseños muy estudiados y variedades adecuadas”. Aunque el aceite de oliva es el producto andaluz con mayor valor exportado, con más de 2.000 millones de euros en 2015, la consejera insistió en que existen “muy buenas perspectivas de crecimiento del consumo a nivel mundial, ligado a sus cualidades saludables científicamente demostradas, incluso a pesar de ser más caro que los demás aceites vegetales”.

La consejera ha recalcado la necesidad de crear marcas que además de dar reconocimiento y prestigio a los aceites, “permitan construir valor poco a poco“. “Todo ese esfuerzo que realizamos para conseguir un producto único, que destaque por su calidad, innovación y sostenibilidad, necesitamos materializarlo en una marca que sea reconocible y reconocida por los consumidores”, afirmó.

En España, el 68% del aceite que se vende es de marca blanca, 30 puntos por encima de la media de los productos agroalimentarios y muy superior a países como Italia o Estados Unidos, donde apenas se llega al 24% y 36%, respectivamente. Ortiz esgrimió estos datos para apelar a un trabajo común para evitar “la banalización de un producto tan extraordinario, que a veces se utiliza como reclamo y en ocasiones se comercializa como si fuera un commodity más”. Según la consejera, con el aceite de oliva virgen extra debería ocurrir como con el vino. “Poca gente pide ya un vino a secas. Piden una variedad, un tipo de vino o una marca determinada, según la ocasión o la comida que vayan a acompañar”, explicó; y concluyó que “no se trata de crear un producto menos accesible, sino más valorado porque con el aceite de oliva tenemos un amplio abanico de posibilidades donde elegir”.

 

Fuente: Agrodigital

 

 

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