El control de la fertilización nitrogenada y la aplicación de bioestimulantes han de hacerse, según explican desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), de forma racional para evitar que un exceso de vigor provoque mayores ataques del insecto.
Como recomendaciones, apuntan a que si se detecta presencia de esta plaga, es recomendable no abusar de abonos nitrogenados o del riego, para evitar que aumenten los brotes tiernos.
En olivares donde no hay un uso intensivo de insecticidas químicos, es frecuente el parasitismo por parte de parasitoides autóctonos
En cuanto a los métodos químicos, se podrán utilizar los productos fitosanitarios autorizados en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Aunque el olivo adulto aguanta muy bien la presencia de glifodes sin necesidad de hacer un tratamiento químico, si fuese necesario se aconseja tener una cubierta vegetal viva para reducir el impacto que puedan ocasionar en la entomofauna útil.
A la hora de seleccionar los medios de control, se priorizarán siempre las medidas de prevención y/culturales, seguidas por el resto de medidas alternativas al control químico y, por último, los medios químicos.