La CHG tiene una deuda histórica con la provincia de Jaén y con sus agricultores

Desde ASAJA-Jaén sugerimos al presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Joaquín Páez, que vaya pidiendo en la farmacia bastantes pastillas de calmantes y relajantes porque los va a necesitar. La situación de la Presa de Siles es tan solo la punta del iceberg del ingente problema de las concesiones del agua en la provincia de Jaén. El Ministerio de Transición Ecológica ha decidido, a través del borrador para el nuevo Plan Hidrológico presentado para el Guadalquivir, que los regantes de Jaén son un enemigo a abatir, ya que en ningún momento plantea la posibilidad de construir las obras hidráulicas pendientes en nuestra provincia; es más, las elimina de un plumazo. Ese es el caso, en concreto, de la dotación de 25 millones de euros prevista en el Plan Hidrológico en vigor para las conducciones de riego de la Presa de Siles. Dichas conducciones desde la presa son imprescindibles para regar por gravedad, ya que cualquier riego desde el río por elevación supondría un coste adicional imposible de asumir para los regantes. Esta eliminación de las conducciones supone una vulneración clara de los propios actos de esta administración. Otro asunto que para nada trata esta Confederación es la regulación concesional del inventario de superficies en riego ya catalogadas, por ejemplo el Carbonatado de La Loma, que lleva más de 25 años esperándolo.

La situación actual de muchas concesiones en la provincia está presuponiendo un riesgo para los agricultores, ya que desde la Unión Europea, dentro de la Política Agraria Común (PAC), se exigen más compromisos verdes cada día. Por tanto, el hecho de no estar debidamente regulada la situación del agua, pone en grave y serio peligro los intereses de estos agricultores.

Ni qué decir tiene que para regular y modernizar las explotaciones de la provincia y conseguir ayudas del segundo pilar es imprescindible contar con la autorización administrativa para ello, lo que pone en peligro estas inversiones.

Pero además de la PAC, estaremos excluidos de los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, siendo imprescindible dotar de infraestructuras para la modernización, digitalización y optimización de los riegos y de las comunidades de regantes, versus conducciones de la Presa de Siles, la balsa del Cadimo, la ampliación del Guadalmena…

Es imprescindible también aumentar la capacidad de la cuenca del Guadalquivir y acometer el proyecto de la Presa de la Cerrada de la Puerta (sobre el Negratín), junto con la modernización del sistema de gestión y tramitación de este organismo anacrónico y obsoleto que es la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que lleva decenas de años para conseguir una concesión.

Referente al canon de riego, debe ser proporcional al uso que cada uno le dé. Debe haber un reparto por cultivos y sistemas de explotación reales, y de acuerdo con las necesidades efectivas, y una modernización de infraestructuras sumamente arcaicas, la limpieza de los cauces y una mejor gestión de las aguas, que no perjudique a los cultivos, incluyendo en su caso indemnizaciones.

Esto es un breve resumen de la deuda histórica de la CHG con la provincia de Jaén y con los agricultores. Las conducciones de la Presa de Siles y la resolución de los expedientes concesionales que se van a ver sometidos al dictamen de un juez por la utilización torticera del agua por parte de la CHG es tan solo el principio, por lo que recomendamos al señor presidente de la CHG que vaya preparando buenas dosis de tila. Porque la justicia que se está pidiendo para los regantes de la Presa de Siles se puede hacer extensiva a toda la esta pobre gestión del agua, hecho que desde ASAJA-Jaén no dudaremos en poner en valor, iniciando una campaña exhaustiva de información sobre todos estos extremos.

Jaén tiene que decir basta ante la utilización por la administración del Gobierno de Pedro Sánchez, que condena a la provincia de Jaén o no poder ampliar sus riegos ni las dotaciones ya existentes.

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