Olivares tradicionales se abandonan por la escasa rentabilidad

El 33% del cultivo de olivar en el mundo es tradicional y de alta pendiente, lo que dificulta su trasformación y mecanización, por lo que los costes de producción se disparan. Además, del total de la superficie mundial, el 66,36% está en régimen de secano y con poco acceso al agua de soporte, por lo que depende directamente de la climatología. Así lo afirma el consultor estratégico Juan Vilar en un artículo publicado en su blog, en el que indica que, en situaciones extremas, se están abandonando este tipo de olivares al no ser rentables.

Indica que actualmente se cultivan 11,6 millones de hectáreas de olivar en el mundo, en 64 países repartidos por los 5 continentes.

El hecho de que haya tanto porcentaje de olivar tradicional, según Vilar, es consecuencia de que en ciertos países con mayores dificultades en cuanto al acceso al agua, y con baja productividad por hectárea, se están dando casos de abandono de fincas de olivar. En este sentido nos encontramos con Namibia, donde, a pesar de la resistencia del olivo a la climatología adversa del país, se están abandonando explotaciones por la baja rentabilidad económica.

De igual forma nos encontramos olivares abandonados en Brasil, Uruguay y Argentina, por la falta de idoneidad climática y de terreno poco propicio, lo que acusa negativamente la renta de los agricultores.

Pero, las dificultades económicas de la olivicultura en nuestro tiempo, también afecta a los países mediterráneos con mayor tradición olivarera, apareciendo olivares abandonados en países como Italia, España, Túnez, Jordania, Grecia, etc.

La falta de disposición de tierra propicia, los altos costes de producción de olivares tradicionales y la falta de acceso al agua para paliar las épocas de sequía prolongada, unido a la baja cotización en origen de un producto como el aceite de oliva y situaciones como la atomización de fincas y su cultivo como economía secundaria, entre otros factores; da como resultado estas situaciones extremas de abandono de fincas de olivar antaño productoras y rentables.

Además, este ciclo de caída de precios también afecta a otras explotaciones de alta densidad, como hemos podido comprobar en la región de Catamarca, se han abandonado extensas explotaciones de olivar superintensivo, debido a los altos costes de suministros e insumos que deben soportar en la región.

Por tanto, debemos ser conscientes de que la situación actual no beneficia a nadie, y depende de nosotros, desde el sector, revertirla.

 

Compartir en

Enviar un Comentario