Cultivar tomillo entre almendros aumenta la pro

Investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y del CEBAS-CSIC han comprobado que la introducción de cultivos perennes como el tomillo y la alcaparra entre las calles de los campos de almendros de secano aumentan la producción del terreno y ayudan a mitigar el cambio climático, al aumentar el secuestro de carbono en el suelo, informaron fuentes de la institución docente en un comunicado. La posibilidad de comercializar los cultivos introducidos y el hecho de que no afecten a la producción del cultivo principal es una de las ventajas de la diversificación, según han destacado los investigadores del proyecto europeo ‘Diverfarming’. En el caso del tomillo, se obtuvieron hasta siete litros de aceite esencial por hectárea y no se propició ningún efecto negativo en la producción de la almendra. Durante dos años, los investigadores han medido las emisiones del dióxido de carbono y el óxido de nitrógeno, demostrando que las emisiones de CO2 disminuyen en los sistemas diversificados en comparación con el monocultivo. Además, se comprobó que los picos de emisiones se producían tras el laboreo en días cálidos, por lo que se recomienda no arar durante esos días.

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