¿Cómo es la producción de aceite y aceituna de mesa en Egipto?

Los hitoriadores han encontrado evidencias de que en Egipto se utilizaba el aceite de oliva hace 6.000 años y que ya en las tumbas de los faraones se utilizaba en lámparas. El olivar es un cultivo muy arraigado en la cultura egipcia y en la actualidad el cultivo muestra síntomas de evolución y de proyección futura. Así lo analiza el Consejo Oleícola Internacional (COI) en su último boletín. Según este documento, en 2009, Egipto registró un total de 65.303 hectáreas plantadas con olivos, de las cuales 56.330 hectáreas estaban destinadas a cultivo. Entre 2005 y 2011 disminuyó el área de cultivo, aunque con fluctuaciones en los años intermedios. Una de las principales causas fue el arranque de árboles en 2009 y 2010 debido al impacto del calentamiento global y el cambio climático, que comenzó a notarse en los olivares egipcios en 2004.

Sin embargo, a nivel nacional, la producción se mantuvo prácticamente sin cambios ya que los nuevos huertos de olivos plantados durante el auge de finales de los años 90 y principios de los 2000 entraron gradualmente en producción comercial.

Según los datos de este organismo, en 2016/17 Egipto cuenta con una superficie total de en torno a 100.000 hectáreas que suponen casi el 1% de la superficie mundial dedicada a la oleicultura.

Asimismo, este país se encuentra fuertemente orientado hacia la producción de aceituna de mesa, que representa el 95% del total de su producción. Cabe destacar que Egipto es el primer consumidor con el 13,9% del consumo mundial, segundo productor con alrededor del 17,2% de la producción mundial y el segundo exportador con el 18,2% de las exportaciones mundiales de aceituna de mesa en 2017/18.

Durante las últimas décadas la producción de aceitunas de mesa ha ido en aumento alcanzando una producción máxima de 550.000 toneladas en la campaña 2016/17. La producción promedio en las últimas campañas se encuentra alrededor de las 450.000 t.

Este organismo precisa que una de las características de la producción es que, si bien presenta una tendencia positiva de crecimiento, viene determinada por variaciones significativas en volumen entre campañas a lo largo de esta tendencia. En la campaña 2015/16 se registró una caída del 25,5% respecto a la campaña anterior, sin embargo en la campaña 2016/17 se produjo un aumento del 63,9% en comparación con la precedente y en 2017/18 el descenso fue del 9,1%. Una de las principales causas de estas fluctuaciones es el cambio climático.

Comercio

En cuanto al comercio, las exportaciones de aceitunas de mesa durante la campaña 2017/18 aumentaron un 11,6% respecto a la campaña anterior alcanzando un volumen total de 120.000 toneladas, de las cuales el 24,6% corresponden a Brasil y el 22,3% a importaciones de la UE.

Respecto a los principales mercados importadores, muestran un aumento del 48% en Estados Unidos y un 40,4% en Australia. Por otro lado, Brasil y Canadá disminuyen un 12,9% y un 5,1%, respectivamente, comparados con el mismo periodo de la campaña anterior.

A su vez, las importaciones de la UE de aceitunas de mesa con origen Egipto en 2017/18 aumentaron un 57,7% en comparación con el mismo periodo de la campaña anterior.

La tasa de crecimiento promedio anual de los últimos cuatro años de este grupo se sitúa en el 46,4%, y la campaña con mayor crecimiento fue la 2016/17 con un 100,7%, siendo Brasil el país que más contribuyó a este crecimiento.

Consumo

La evolución del consumo en Egipto viene marcada por la evolución de su producción. Este país ha pasado de consumir 11.000 toneladas en 1990/91 a 400.000 t. en 2017/18, lo que le sitúa como el primer consumidor mundial de aceituna de mesa, con el 13,9% del total de aceitunas de mesa que se consumen en el mundo.

Además, Egipto es el segundo país que más consume aceitunas de mesa per cápita entre los países miembros del COI y el cuarto si se tienen en cuenta también los países no miembros.

Con una población en crecimiento y de algo más de 97,5 millones de habitantes en 2017, el consumo per cápita en los últimos cinco años se encuentra entre 3,3 kg/habitante/año en 2016 y los 4,1 kg/habitante/año alcanzados en 2017.

 

Fuente: Mercacei y Consejo Oleícola Internacional

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