Esta campaña se ha caracterizado, según explican desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), por la falta de lluvia en momentos muy críticos para el cultivo, como es el caso de la nascencia y el ahijamiento, y por los altos costes de producción. Las altas temperaturas de finales de mayo y principios de junio, las malas hierbas y la falta de lluvias en enero y febrero, han afectado mucho al cereal, por lo que las producciones han bajado considerablemente.
Un año más ha sido Don Ricardo, la variedad más sembrada seguida de Calero y Kiko Nick. Los rendimientos han oscilado entre los 1226 y los 3658 kg/ha.
En Sevilla, en las parcelas de secano se han obtenido rendimientos medios bajos en secano, pero con buena calidad en general en proteína y vitrosidad. En la zona cerealista de Cádiz, los rendimientos han rondado los 2000 kg/ha y el peso específico ha sido de 80. En Huelva, se han obtenido rendimientos medio-bajos, con parámetros de calidad también medio-bajos. En Almería la cosecha ha sido medio-baja, con unos rendimientos en torno a 1300-1500 kg/ha y con un peso específico de un 57-58%. En Málaga, los rendimientos obtenidos en trigo duro de unos 2000-2200 kg/ha y en trigo blando 2300-2500 kg/ha. En Jaén, los rendimientos han sido de 1000-2200 kg/ha y la calidad tipo, es 1 y 2, predominando esta última. En Córdoba, los rendimientos/ha han estado sobre los 2500 kg.
Tras finalizar la recolección se han realizado las labores de amontonado, reiterada de pacas de paja y labrado de las parcelas.
