La agricultura española necesita la renovación urgente del flifosato

La Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), integrada por las organizaciones de agricultores ASAJA, COAG y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (FEPEX) y la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV), agrupadas para asegurar la sostenibilidad agrícola, solicita a la Comisión Europea la renovación urgente del herbicida glifosato, tras la votación en el Comité Apelación de la Unión Europea (UE). Hoy, en dicho Comité, España ha votado a favor de la renovación de la aprobación de la sustancia activa glifosato en la UE. La ciencia ha jugado un papel central en la decisión de la Comisión Europea de presentar esta propuesta de renovación de la aprobación del glifosato.

La propuesta de la Comisión, para una renovación de la aprobación del glifosato por un periodo de 10 años, se ha basado en un riguroso proceso de evaluación que comenzó en 2019, conducida por Francia, Hungría, los Países Bajos y Suecia, como Grupo de Evaluación del Glifosato (AGG) y respaldada por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que confirmaron que el glifosato no cumple los criterios para ser clasificado como carcinógeno, mutagénico o tóxico para la reproducción y que concluyó que no existen áreas de preocupación permitiendo la renovación de la sustancia.

No obstante, pedimos a la Comisión Europea que renueve la sustancia por 15 años, tal y como marca la normativa europea.

El glifosato es una sustancia activa empleada desde hace más de 50 años en agricultura para controlar las malas hierbas y libre de cualquier patente, y que actualmente no tiene alternativa. Además, la evidencia científica revela también que el glifosato contribuye a los objetivos de sostenibilidad de la UE en términos de lucha contra el cambio climático al permitir que los agricultores adoptemos prácticas de agricultura regenerativa, como la agricultura de conservación, que captura carbono en el suelo, fomenta la preservación y mejora de la biodiversidad en los ecosistemas agrícolas y mejora la calidad del agua.

Un voto a favor de la renovación de la aprobación del glifosato no solo ha sido un voto a favor de la toma de decisiones amparada por el criterio científico, sino también un voto a favor de nuestros propios agricultores que necesitan una mayor disponibilidad de todo tipo de herramientas de lucha y control de plagas, enfermedades y malas hierbas, indispensables para la sostenibilidad de la agricultura.

Cabe recordar que los agricultores hacemos un uso responsable del herbicida glifosato, respetando las dosis establecidas en su etiquetado y reduciendo el número de aplicaciones, así como eligiendo el momento más adecuado en su aplicación para que no existan derivas ni contaminación de fincas colindantes. La actividad agraria se encuentra altamente supervisada y sus técnicas de producción perfectamente reguladas y sometidas a los más rigurosos y estrictos controles.

Los agricultores somos los mayores interesados en poder garantizar unas condiciones de producción seguras para el ser humano, respetuosas con el medio ambiente, el bienestar animal y el entorno rural con el fin de poder ofrecer a los consumidores productos de primera calidad y máximas garantías sanitarias, y contribuir a la conservación del suelo, la calidad del agua y la biodiversidad.

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