Los precios agrícolas se mantendrán estables en los próximos 10 años

La producción agrícola mundial va a seguir aumentando en los próximos diez años pero a un ritmo menor que antes, según prevén la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y recoge Agropopular. Sin embargo, este crecimiento será superior al de la demanda, impulsada por el aumento de la población mundial y la transición de los regímenes alimentarios en los países en desarrollo hacia productos transformados. Por tanto, los precios deberían mantenerse en sus niveles actuales. No obstante, las incertidumbres ligadas a las consecuencias de la pandemia del COVID-19 podrían cuestionar sus previsiones, principalmente durante los primeros años del período. “El crecimiento de la oferta superará al de la demanda durante los próximos diez años, lo que hará que los precios reales de la mayoría de los productos se mantengan en sus niveles actuales, o por debajo de ellos”, prevén la OCDE y la FAO en sus perspectivas agrícolas para el período 2020-2029.

Sin embargo, la pandemia del COVID-19 es una “fuente de incertidumbres” muy importante, indican ambas organizaciones. Estapandemia provocará una disminución de la renta disponible en los países y en los hogares de bajos ingresos lo que “pesará sobre la demanda en los primeros años del período analizado y podría asestar un nuevo golpe a la seguridad alimentaria”.

El aumento de la población mundial seguirá siendo durante la próxima década el principal factor de crecimiento de la demanda alimentaria, con un consumo de productos de origen animal y de materias grasas que sigue aumentando en perjuicio de los alimentos básicos (cereales).

Cultivos herbáceos: desaceleración del crecimiento

La producción mundial de cereales aumentará 375 millones de toneladas, hasta alcanzar los 3.054 millones de toneladas en 2029, principalmente debido al aumento de los rendimientos.

Según la FAO y la OCDE, aproximadamente el 85% del crecimiento de la producción vegetal mundial se producirá, durante el período, por un aumento de los rendimientos del 1,1% por año (menos que durante la década anterior que aumentaron un 1,9%), que resulta de un incremento del uso de los insumos, de las inversiones en las tecnologías de producción y de una mejora de las prácticas naturales.

Aproximadamente el 10% se deberá a la multiplicación de las cosechas en el año y solo el 5% a la expansión de las tierras. Sin embargo, la FAO y la OCDE advierten que “estos aumentos podrían restringirse por el impacto del cambio climático y las restricciones de producción que resulten, tales como la falta de inversión o los problemas territoriales en los países en desarrollo”.

La producción que registrará el mayor aumento será la del maíz (+193 millones de toneladas), seguida por la del trigo (+86 millones de toneladas), la del arroz (+67 millones) y la de los cereales segundarios (+29 millones de toneladas). El uso industrial de los cereales –sobre todo del almidón y de los biocarburantes- registrará, sin duda, un aumento más moderado que durante la década anterior.

La producción de soja debería también seguir aumentando a un ritmo del 1,3% por año, teniendo en cuenta que el incremento de las superficies explotadas representan aproximadamente un tercio de este crecimiento.

En Brasil, la producción alcanzará 140 millones de toneladas en 2029. Con esta producción se convertirá en el primer productor a escala mundial, por delante de Estados Unidos cuya producción debería alcanzar en torno a 120 millones de toneladas. En conjunto, estos países producirán cerca de dos tercios de la soja mundial. La producción de las demás oleaginosas debería aumentar un 1,2% por año durante la próxima década, a un ritmo todavía más lento que el de los últimos diez años.

Fuerte aumento de la producción láctea

Según las previsiones de la FAO y de la OCDE, a pesar de un altibajo en 2020 ligado a los múltiples focos de peste porcina africana en toda Asia, la producción de carne a nivel mundial debería aumentar un 14% (+40 millones de toneladas) de aquí a 2029, es decir, más rápido que el número de animales.

Los países en desarrollo deberían representar la mayor parte de este incremento, siendo las aves el motor principal. Durante la primera mitad del período de previsión, los precios se verán sostenidos por la contracción de la oferta en varios países de Asia (en el sector de la carne de porcino, sobre todo) y por el aumento de la demanda de importaciones que resulte de ello.

La producción mundial de leche debería también aumentar un 1,6% por año (hasta alcanzar 997 millones de toneladas en 2029), es decir, más rápido que la mayoría de los principales productos agrícolas. El aumento previsto de la cabaña de vacas lecheras (un 0,8% por año) es ligeramente superior al de los rendimientos medios (+0,7%), teniendo en cuenta que las cabañas aumentan más rápidamente en los países donde los rendimientos son bajos (en La India y Pakistán, en particular). El consumo de alimentos para animales va a aumentar de forma paralela a estos incrementos: dado que la mejora de la eficacia alimentaria se va a ver compensada por la intensificación del uso de los alimentos (con una disminución de la agricultura a pequeña escala).

 

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