La Junta de Andalucía, a través del Ifapa, ha publicado un informe sobre la “Determinación del momento óptimo de la recolección del olivo”, según recoge Olimerca. En él se analizan los criterios más utilizados para determinar dicho momento, la metodología a seguir y los resultados. Este trabajo, de una veintena de páginas ha sido elaborado por Francisca Molina, Juan Cano, José Francisco Navas, Raúl José de la Rosa y Lorenzo León. Y de él se desprende que medir secuencialmente el rendimiento graso en fruto seco es el criterio más conveniente para determinar el momento óptimo de recolección. La curva de acumulación de aceite permite determinar cuándo se alcanza la máxima cantidad en el fruto, indicándonos el momento óptimo para la recolección.También señala que el índice de madurez no es recomendable como criterio para determinar el momento óptimo de recolección por su inconsistencia entre años, localidades y variedades.
Los investigadores han comprobado que a mitad de noviembre la mayoría de las variedades en diferentes localidades y años han alcanzado su máximo acumulación de aceite en fruto y por tanto el valor del rendimiento graso en seco no va a aumentar mucho desde dicha fecha, en la mayoría de los casos. Esta fecha puede ser una referencia a considerar en los seguimientos que se vayan efectuando.
En este sentido, cada vez más es recomendable la recolección temprana, siempre y cuando se haya alcanzado casi la totalidad de aceite producido en fruto, debido a que tendremos un contenido mayor en fenoles, evitando heladas y otros riesgos ambientales y permitiendo al olivo un mayor descanso y una menor vecería el próximo año.
Estos criterios habrán de adaptarse a las condiciones particulares de cada finca y a los vaivenes climáticos del calentamiento global.
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