A la espera de lluvia para corregir el estrés hídrico del olivar

La climatología juega un papel fundamental en nuestra agricultura, máxime en los olivares de nuestra provincia, de secano en la mayoría de los casos, o con regadíos deficitarios, tal y como recuerda Carlos Muñoz de Antonio, del departamento técnico de ASAJA-Jaén. “Desde los Servicios Técnicos de ASAJA-Jaén estamos detectando que este año las lluvias primaverales han provocado que la formación del fruto y posterior lipogénesis (formación del aceite) se haya adelantando, ya que la biosíntesis lenta (hasta endurecimiento del hueso) y la acelerada (tras el endurecimiento del mismo) se han producido en muy corto espacio de tiempo”, explica. Esta situación, unida a las altas temperaturas del verano y la falta de pluviometría, ha provocado que la planta y su fruto precisen la lluvia. Esta situación se acentúa por encima de otras campañas, teniendo en cuenta que hasta julio se observaba un buen estado vegetativo a nivel general y una muy buena formación de frutos, con buenos calibres.

“Por lo tanto, solo nos queda esperar que las lluvias otoñales sean tempranas y abundantes para corregir esta situación de estrés hídrico lo antes posible, y que podamos recolectar esa cosecha que se auguraba abundante, con unos calibres de fruto y rendimiento graso aceptables”, afirma. Y es que, considera, siendo esta situación grave, aún queda un poco de margen: “Si llueve algo entre septiembre y octubre y se mantienen unas temperaturas suaves, la planta se repondrá y el fruto aún tendrá capacidad para ganar grasa”. Así, o vienen las lluvias otoñales pronto, o la pérdida de producción de aceite será significativa.

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